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Fernando y Humberto Campana

SOFISTICACIÓN CREATIVA
Hermanos Campana

El radicalismo psicodélico de Os Mutantes revolucionó Brasil la década en que Los Beatles hipnotizaban el Universo. La distorsión tropicalista del trío paulista lideraba las ondas hertzianas del territorio amazónico y su insólita extravagancia consiguió debilitar el efecto magnético del cuarteto de Liverpool. Cuatro décadas después el fenómeno ha vuelto a estallar en el seno del arte: Érase una vez dos hermanos brasileños que irrumpieron en el aristócrata universo del diseño contemporáneo. Fascinaron a la ‘élite’ con sus extravagantes y democráticas piezas y fueron catapultados al éxito. Desde su primera exposición en 1989 en el Museo de Arte de Sao Paulo hasta que en 1998 hicieron historia al ser los primeros brasileños en exponer su trabajo en el MOMA de Nueva York. La biografía artística de los Hermanos Campana arranca en el patio trasero de su casa en Brotas (Sao Paulo). El escultor Humberto (1953) y el arquitecto Fernando (1961) deciden reciclar bártulos inservibles de materiales imposibles y crear objetos inspirados en la implacable realidad brasileña. La silla Favela es el paradigma de su metafísica. Un objeto diseñado desde un punto de vista anárquico a partir de trozos de madera. Velada metáfora de la forma en que se construyen las paupérrimas fávelas brasileñas. Arte social sin anestesia. Y sin ánimo de provocar. La crítica respalda el snobismo de sus objetos inclasiflicables y arranca la leyenda. Los hermanos Campana son discípulos del caos. “Hemos sido influenciados por la corriente llamada cultura brasileña de desarrollo de proyecto que se basa en la organización del despelote”. Estructuralismo caótico. O caos estructurado. Sus obras simulan azar pero todos los componentes están estratégicamente ubicados. Las materias primas son escrupulosamente elegidas. Y cada objeto es sometido a intensas pruebas de resistencia antes de ser transportado a escaparates o ferias internacionales. Fernando y Humberto llegaron a invertir un año en determinar la inclinación y la curvatura perfecta para el asiento y el respaldo de una silla de cartón. Sin embargo, la funcionalidad de sus diseños no ha podido con la sombra de su fama: sus piezas son vendidas como objetos de coleccionista, esculturas e incluso obras de arte. La clave es su capacidad innata para convertir retales, cuerdas o fibras de árboles de la selva amazónica en iconos contemporáneos. Y producir sofisticados objetos analógicos que rompen con la estética tecnológica de los actuales diseños europeos. El reciclaje de envases de pizza o desechos de la construcción son mecanismos para dotar de alma a los objetos. Imprimirles carácter. Crear poesía postmoderna a partir de objetos primitivos. “Es la materia la que aporta a cada producto la identidad que les definirá durante su vida útil”. Y se definen entusiastas del sociólogo Robert Robertson, creador del término Glocalización. Pensamiento local. Acción global. Una teoría que persiguen hasta su máxima expresión. Diseñar en Brotas y vender en Hong Kong. Os Mutante sedujeron a Brasil. Los hermanos Campana han conquistado el Planeta. 

La colaboración de los Hermanos Campana con la firma española Cosentino fue uno de los platos fuertes de la reciente edición de Casa Pasarela 2010, celebrada en mayo pasado en Feria de Madrid. Cristaliza en “Campanas for eCosentino”, que se centra en la interpretación artística de ECO by Cosentino: Una colección de superficies diseñadas para soluciones arquitectónicas y decorativas, compuestas en un 75% por material reciclado. Entre su historial más reciente, además, también está la libre interpretación de un espacio expositivo con concepto de gloriette para la firma de champán Veuve Clicquot inspirada en los viñedos y bodegas de la firma, que presentaron en el Salón del Mueble de Milán.

Texto: Rebeca Queimaliños

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Artículo publicado en la edición nº 4 del Anuario del Diseño. Editado por Grupo Duende

Notorius 2009-10: Hermanos Campana