<
>

Ernesto Sevilla

Ernesto Sevilla
Humor sin prejuicios

En su tarjeta de visita podría poner, simplemente, 'chanante'. No necesitaría más para que una legión de fans reconociera a este humorista albaceteño que irrumpió en la televisión junto a su grupo de amigos con La Hora Chanante, de la mano de Paramount Comedy, y se consolidó con Muchachada Nui en TVE. En su último próximo espectáculo Despedida Coconut se despide de sus “viejos textos” antes de  ponerse a escribir nuevo material.

También tiene pendiente de estreno un nuevo programa de sketches, Retorno a Lilifor, y la última temporada de MuseoCoconut –“Todavía no se sabe cuándo se emitirán; Neox tiene los programas en una habitación con un perro que te ladra si intentas acercarte”-. Mientras espera, este cómico que rehúsa cualquier tipo de superstición –“Mi única manía antes de salir al escenario es beber mucha cerveza fría, fíjate qué raro soy...”- y ha decidido aligerar equipaje con una gran fiesta en forma de monólogo.

¿Algún objeto de la suerte? Tengo muy poco apego a lo material. Apenas almaceno cosas así que en cinco segundos puedo abandonar mi vida y montar una nueva en otra ciudad sin ningún problema.

¿Cómo te sienta que te digan lo de “mucha mierda” antes de salir a escena? Mal, evidentemente... No, en serio, entiendo por qué se dice mucha mierda pero no tiene nada que ver conmigo porque yo hago mis monólogos, así que lo que pienso mentalmente es “mierda para ti”.

En tu currículum figura que has trabajado como realizador, actor, humorista, monologuista, guionista y presentador. ¿En qué faceta te sientes más a gusto? Por allí hay algunas cosas que no hago bien. Como más a gusto me siento es sin hacer nada. Como todo el mundo. Pero en el trabajo me gusta mucho dirigir y realizar. Lo de ser actor es una cosa que hago por simple diversión, porque soy consciente de que hay según qué papeles que no puedo hacer. Me siento más cómodo con los papeles cómicos, me considero más bien humorista. Lo del tema de presentador se reduce a programas como Smonka. No sé cómo sería yo presentando una gala de Eurovisión. Ahí no me veo.

¿En qué medida crees que la fortuna o la chiripa influyeron en que empezaras en Paramount Comedy? La suerte juega un papel muy importante en todo esto. Nosotros estuvimos en el sitio y momento indicados. A mí realmente me gustaba mucho hacer cortos, como a cualquier joven de la facultad de Bellas Artes, y tuve la suerte de encontrarme en un momento en el que Paramount Comedy buscaba talentos jóvenes sin ninguna experiencia para contratarnos y formarnos de guionistas, prácticamente como si fueran becas pagadas. Ahora las cosas no están así. Si llego a nacer un poco después estaría jodido. Además también tuve suerte porque coincidí con un grupo de gente con intereses comunes y con los que lo pasaba muy bien.

Wikipedia corona tu carrera profesional con la siguiente frase: “Finalmente, colaboró en un episodio de Pasapalabra”. Superado eso, ¿qué te queda por hacer? Me queda montar en globo y que me den por culo. Aparte de eso ahora estamos muy ilusionados escribiendo el guión de una película y estoy muy contento con la idea de dirigirla. Ya me podré morir tranquilo, aunque no tenga éxito.

¿Actúas en ella? Tendré algún papelillo. Vamos a salir todos.

¿Del estilo Museo Coconut? Va a ser como La Vida de Brian o la película de los Simpson. Una película con una historia muy coral, en la que cada uno va a interpretar a varios personajes, entre ellos algunos nuevos. Pero no puedo contar nada más, que si no esto se gafa...

Por el tipo de programa que habéis hecho, siempre habéis gozado de mucha libertad creativa. ¿Se paga un precio? Seguramente, pero es un precio que estamos dispuestos a pagar si nos dejan hacer lo que nos dé la gana. A lo mejor nunca seremos millonarios o nunca estaremos en ‘prime time’, o quizá sí, quién sabe, las generaciones van cambiando y demandando otro tipo de cosas. Nosotros, teniendo un grupo de gente a la que le lo que hacemos ya nos sentimos pagados.

También os habéis autolimitado en ciertos temas. Por ejemplo, no soléis hacer humor sobre los políticos nacionales, algo que sería muy sencillo actualmente... Podría ser sencillo y podría no serlo. Según la perspectiva. “El Intermedio”, para mí, es un ejemplo perfecto sobre cómo hacer buen humor con política. Pero nosotros tampoco nos cortamos, si un día nos apetece reírnos sobre los políticos nacionales lo hacemos. En los monólogos, por ejemplo, sí que hablo de los políticos, algo muy celebrado por el público.

Se os ha puesto la etiqueta de hacer “humor absurdo para personas inteligentes”. ¿Os gusta que os llamen absurdos? Todas las etiquetas dan un poco de asco. A mí lo del humor absurdo me parece bien porque lo hemos hecho, al igual que el humor surrealista. Pero creo que, más que para personas inteligentes, hacemos humor para gente sin prejuicios, porque tampoco vamos de pedantes. Nosotros, lo mismo contamos un chiste refinado que metemos un pedo. Queremos gustarle a cuanta más gente mejor. Ningún humorista de este mundo hace humor para pocos. Cuando cuentas un chiste lo que quieres es oír risas, porque de lo contrario no estás haciendo humor, estás haciendo humo.

Texto: Ignacio Urquijo

Despedida Coconut. Teatro Compac Gran Vía. 22 de febrero / 22 de marzo / 12 de abril.
 

Ernesto Sevilla: humor sin prejuicios