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Natalia Lafourcade. Tándems musicales

Por la puerta del Martínez Bar, aparece la cantante mexicana Natalia Lafourcade, menuda y risueña, quien nos regala unas horas de su visita a Madrid, en su gira de finales de abril, para charlar sobre su nuevo disco, Mujer Divina, Homenaje a Agustín Lara (Sony Music) y hacer esta sesión de fotos de moda. 

 “Todavía no he visto un atardecer en Madrid”, confiesa. El 30 de abril actuó en Madrid presentando su nuevo disco Mujer Divina, un homenaje al mexicano Agustín Lara con el que, dice, haría buenas migas. En el disco se encuentra acompañada por Devendra Banhart, Gilberto Gil, Miguel Bosé, Memé, Vicentico, Adrián Dárgelos, Jorge Drexler, Kevin Johanssen, Adanowsky, León Larregui, Rodrigo Amarente, Alex Ferreira y Lila Downs. Un verdadero lujo, se mire por donde se mire.

¿Por qué has decidido este acercamiento a las canciones de Agustín Lara? Lo decidí porque después de grabar mi disco pasado. Hacer otro disco me imponía demasiado. Quería generar algo distinto que me hiciera crecer hacia otro lugar. Era una oportunidad de cambiar. No sabía a quién rendir homenaje hasta que me encontré con Alondra de la Parra con motivo del concierto por el Bicentenario. Me tuve que informar un poco más sobre la música de México y topé con Agustín Lara. Me quedé enamorada de él, de su voz, de sus letras, de sus canciones. Me resultó hermosa su forma de componer. Sentí una conexión, que podía entrar a su mundo, desmenuzarlo y crear algo a partir de eso.

¿No te supuso mucha responsabilidad reinterpretar a un autor tan importante en tu tierra (y en España) como él?

Totalmente. Fue muy complicado de elaborar por las dimensiones del proyecto y por lo que implicaba estar haciendo un quinto disco con las canciones de Agustín Lara. En México, la gente le admira, todo el mundo le conoce. Es delicado meterte a hacer un trabajo así, además, con invitados, adaptándote a sus tiempos, y con cuatro co-productores diferentes. Llegó un momento del proceso que no sabía si se iba a terminar. Aprendí muchísimo pero me pasó de todo. Tuve el temor de saber si la gente lo iba a aceptar.

¿Qué tal acogida ha tenido o está teniendo? En México, afortunadamente, funcionó. Al principio la gente no entendía porqué yo había querido rendir homenaje a Agustín Lara teniendo en cuenta que formamos parte de dos generaciones tan lejanas.

¿Qué crees que diría él si te escuchara cantar sus canciones? Yo creo que le gustaría. Es más, creo que si nos hubiésemos conocido seríamos grandes amigos. He conectado cañón con sus letras. Me encanta su personalidad. Inspiró a las mujeres de su generación y les instó a dejarse ser mujeres. Lograba hacer que ellas se asumieran. Para mí eso es increíble. Él me provocó eso.

¿Crees que con este disco puedes llegar a otro público, quizá  de mayor edad, que el tuyo habitual?¿O pretendes, más bien, que el público más joven conozca estas canciones eternas? En realidad no lo hice pensando en acercarme a un público más mayor. De hecho, pensé que quizá incluso se iban a molestar. Mi sueño, cuando empecé a trabajar su música, era ver a mi generación cantando Limón o Amor de mis amores que son canciones que a mí me gustan mucho. Ahora que toco estas canciones y en México se las saben me resulta muy hermoso porque somos generaciones más jóvenes y no nos pasa cerca la música de Agustín Lara. Yo quería hacerlo para reforzar las raíces de la música mexicana. El proyecto de Alondra me hizo ser consciente de que soy latina, soy mexicana, canto en español y viajo por todos los lugares. Aproveché que esta música es divina para empaparme en cuestión de influencias y transmitirlas por todas partes.

¿Marca este disco una nueva etapa? Por supuesto. Mi siguiente disco va a tener influencias de este seguro. Esto ha sido un antes y un después a todos los niveles.

Te gusta mucho colaborar con otros artistas y la mayoría de los temas del disco son duetos. ¿Tus invitados decían qué tema querían cantar o se lo proponías? Había canciones en las que hacía los arreglos ya pensando en personas con las que quería cantarlas. Hice una lista. Con Farolito pensé: o Caetano Veloso o Gilberto Gil. Amor de mis amores, era para Devendra Banhart. Había otros como León Larregui con el que quería hacer Imposible pero no sabía como llegarle. Pensé: ¿yo que sé si le va a agradar este proyecto puesto que toca en una banda de rock? Y al final fue él quien me llamó para preguntarme si podía colaborar conmigo. Lo mismo pasó con Vicentico. No sabes lo contenta que me puse. Cuando grabó fue un momento muy emotivo. Lloré mientras él cantaba.

¿Qué tal ha sido trabajar con todos ellos?¿Cuál ha sido el hueso más duro de roer? Ha sido maravilloso. Tengo en el disco invitados a los que admiro mucho. Me siento bien afortunada de que estén en el disco. Me ayudaron a darle mucha fuerza a las composiciones de Agustín Lara.
El más complicado fue Devendra. Nos encontramos tres veces, platicamos, le enseñé el arreglo de la canción pero era el que más se retrasaba en entregarla. Un día le llamé y le dije: Devendra, mañana voy a mezclar y aún no me has mandado la canción. Si no quieres colaborar no importa pero ¡dime algo! Fue curioso porque la voz de Devendra es la que más fácil encajó. Cuando la pusimos fue como un traje hecho a medida.

Por cierto, la gran mayoría son hombres, ¿es casualidad? Fue a propósito. Cuando iba por la tercera o cuarta canción me di cuenta de que probablemente era el disco más meloso que había hecho. Más enamorado, más roto. Pensé que una voz masculina supondría el equivalente a meter la fuerza de Agustín y yo podría expresarme como mujer. Aunque luego vino Lila Down y se me hizo maravilloso. Ahora ya las canto con mujeres. Lo comparto con quien quiera.

En tus conciertos de esta gira, ¿buscas colaboraciones siempre con artistas de cada país?  En este caso, ¿te han recomendado las colaboraciones de los directos que haces en España o conocías a los artistas? Sí, siempre lo hago. Para esta ocasión hubo varios que ya conocía como Jero Romero que a última hora canceló y estoy muy triste por eso. De Pedro, La Shica,  a todos ellos ya los tenía en mente. A los demás no los conocía, pero busqué su música y me encantó. Se me hace increíble porque vuelve más dinámica la situación y a mi como que me quita un poco la responsabilidad. Cantamos todos y es  todo más compartido. Siempre es padre compartir con otros músicos.

La primera canción (que da nombre al disco) del disco es Mujer Divina. ¿Crees que la visión de mujer que da Lara en sus letras sigue siendo “actual”? Para mí, es increíble la manera en que Agustín Lara capturaba con sus letras a las mujeres. En esa época la mujer no podía expresarse de la misma manera en que lo hace ahora. Estamos viviendo una época distinta y nos expresamos de una manera diferente pero lo que yo siento y percibo a través de este trabajo es que la fuerza de la mujer sigue siendo la misma. No sé si a las mujeres que escucharon este disco les pasó, pero a mí me hace sensibilizarme ante el hecho de ser mujer. La mujer divina va más allá de las cuestiones sociales que puedan existir. Es una cosa que llevamos todas, que tenemos todas. Así que sí.

El disco incluye un DVD con una ambientación muy cuidada, es como un viaje en el tiempo. ¿Te gusta esta estética?, ¿la elegiste tú? La elegimos entre todos. A toda la parte del arte quería darle ese énfasis. Una mezcla de la época de Agustín y esta época. He tratado de mantener esa estética también en mi show. Lo que me encantó del arte que capturó Dorian es que atrapó la esencia femenina del disco a la perfección.

La edición de mayo de El Duende es un homenaje a la bici. En Madrid, por ejemplo, cada vez se usa más, pero no era habitual hasta hace poco. ¿Montas en bici? Sí. Extraño un poco ir en bicicleta. Ahora con esto de estar viajando no he podido usarla. Lo que me encanta es que en México esté teniendo éxito la Eco bici. Por la mañana ves a todo el mundo en traje con portafolio y es muy curioso. Pusieron parquímetros y a la gente le da flojera. Dejan el coche y agarran la bici para ir a cualquier parte.

¿Te acuerdas de tu primera bici y cuando aprendiste a montar? Fue como a los seis años. Era una bici rosa, de cuatro llantas. Me acuerdo de esa bicicleta y de todos los charcos en los que me caí. ¡Apoyemos las bicicletas!

He leído que has participado en varios proyectos solidarios, en este sentido, ¿con qué acciones colaboras actualmente y en qué medida? Ahora específicamente no. Lo último fuerte que viví en este sentido fue el movimiento Yo soy 132 en México. Todos pensábamos que en México los jóvenes estaban muy apáticos y de repente todos los estudiantes tanto de universidades públicas como de privadas empezaron a protestar. Un día se me ocurrió plantear por Twitter la pregunta: ¿qué les dirían a los políticos en una canción? Así que recogí respuestas y creé Derecho de nacimiento. Llamé a Julieta, a Meme, y a grupos independientes mexicanos y grabamos la canción. Lo bonito de esa canción es que es muy poderosa porque es un mensaje creado por los jóvenes. Si no hubiera sido por ellos esta canción no existiría. Después he colaborado en un proyecto basado en la felicidad a través de alegrarle el día a una persona. Desde subirse a un camión y cantarle una canción a hacer un video para enseñar a la gente cómo reciclar. Me gustaría colaborar más pero con el disco apenas he tenido tiempo.

Ya que estamos en una sesión de fotos de moda… Te has lanzado al diseño de moda, ¿cómo empezó este proyecto? Recientemente liberé una colección con Alejandra Quesada, gran amiga mía, esta colección se llama Luna de sal, lágrimas de azúcar y está inspirada en nuestra soledad. Después de haber cortado las dos con nuestros novios. Nos basamos en ese momento dulce y amargo que supone el separarte de alguien. No me considero diseñadora de moda. No entiendo un carajo, simplemente lo que me gusta mucho el collage. Me gusta el collage en general en la vida. En la música y lo mismo visualmente. Disfruto mucho de cortar/pegar. Crear nuevos mundos. Ella me pidió que lo hiciéramos y como vivimos juntas las dos elaboramos estos paisajes que son una mezcla de lo absurdo de todos lados y con eso luego ella después ella hizo toda la cuestión de la tela.

La moda me gusta mucho. No podría ser yo diseñadora, pero me gusta mucho ver la gente como se viste. Es un reflejo de cómo se encuentra tu alma. Dependiendo de los colores, de cómo los combinas, transmites un mensaje ante la vida, hacia el resto. Luego ves a la gente por la calle y es divertidísimo. Mis favoritas son las abuelitas. Tienen un sentido de la estética y el color que me encanta.

¿Sientes que eres, como artista que triunfa por el mundo, de alguna forma una abanderada de México? A lo mejor no tan abanderada como podría porque si no quizá estaría cantando ranchera, pero amo México. Me siento muy orgullosa de ser mexicana, me encanta siempre presumir de nuestra artesanía, nuestra música, nuestra vestimenta, nuestra comida. Es un país muy estimulante. Es caótico, tiene de todo.

¿Visto desde aquí, nos llega una imagen de México en la que abundan las noticias de violencia, crees que  resulta exagerada esa imagen? No sé si exagerada. México se ha generado una imagen que en parte sí es así. Le falta organización y sí, hemos tenido un momento delicado y difícil de mucha violencia en el país. Por un lado me molesta la imagen que se da, pero prefiero centrarme en valorar a las nuevas generaciones que vienen con mucha energía, con ganas de hacer las cosas bien. Ahora todo está burbujeante, hay mucha música, muchos artistas, mucho cine, mucha crítica. Eso me da esperanza. Creo que si tienes un virus negativo pero te centras en crear un virus positivo es posible que el buen virus se coma al malo. Siento que, en general, en muchos lugares la gente se está cuestionando qué está provocando lo que hace. Incluso yo soy más consciente ahora del lugar que ocupo y que si puedo generar algo positivo a través de lo que hago, lo voy a hacer. Creo que más allá de depender del resto pienso que podemos hacer cosas por nosotros mismos.  Debemos ayudarnos entre nosotros a hacer algo. En México en la escena musical apenas hay competencia. Hay un ambiente de apoyo y hermandad. Todos con todos.

Si pudieses elegir en qué época histórica haber nacido, ¿cuál elegirías? Me hubiera gustado mucho vivir en la época de Agustín Lara. Pero es que también los sesenta y los sesenta se me hacen lo máximo. Tal vez también los ochenta. Aunque también los veinte y los treinta me parecen fabulosos. Creo que en general me habría gustado vivir todo el siglo XX. Pero ser la mujer de Chaplin habría sido maravilloso. Habríamos sido la pareja perfecta, me encantaría encontrar a un Chaplin.

Texto: Andrea Casino. Foto: Pablo Curto.

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