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La Educación del siglo XXI

La clausura del VII Encuentro Internacional de Educación organizado por la Fundación Telefónica llega a su fin los días 12 y 13 de noviembre con una serie de conferencias y debates. Antes de conocer las conclusiones de los expertos que participarán en ellas, podemos evaluar algunas ideas surgidas tras 18 meses de trabajo.

El VII Encuentro Internacional de Educación, a diferencia de las anteriores ediciones, se ha desarrollado de manera internacional en nueve países bajo una doble modalidad, presencial y virtual, logrando con ello una participación más amplia y diversa, potenciando el trabajo y el intercambio de opiniones, ideas e información mediante la red. Esta apuesta por la utilización de las llamadas TIC (Tecnologías de Información y de Comunicación) no solo ha servido como vehículo para ampliar la intervención en el encuentro sino que ha evidenciado a su vez que las TIC son unas herramientas cada vez más imprescindibles para el futuro de la educación. De hecho, la primera conclusión tras 18 meses de desarrollo temático ha sido que la relación entre tecnología y calidad educativa es imprescindible para el futuro de la educación. Al igual que ha sucedido con las jornadas de esta edición, las TIC conectan el aula de manera global como local, ampliando considerablemente las posibilidades de la educación y de sus participantes. Pero en este sentido, otra de las conclusiones esenciales ha sido que este nuevo paradigma educativo implica la necesidad de reconfigurar el rol de todos los agentes que participan en el proceso educacional. Los alumnos, los profesores y la familia, deben atender a esta nueva situación.

A lo largo de estos meses se ha podido comprobar que son cada vez más los alumnos que están preparados para la utilización de las TIC dentro de su educación. De hecho, el desarrollo de los alumnos que han trabajado de manera constante, activa y creativa dentro del mundo virtual se ha manifestado como superior al del resto, algo que denota la necesidad de seguir en el futuro apostando y potenciando la introducción de las TIC en el interior de las aulas. Surgen grupos multidisciplinares sin necesidad de ser presenciales y el espacio de la educación, entonces, se expande y los muros de las escuelas, poco a poco, van cayendo y conectando su interior con otros lugares y otros espacios. La información se transforma constantemente, así como la manera de transmitirla. Pero no se debe olvidar que el aprendizaje es tan social como interactivo y ambas esferas deben tenerse en cuenta y el docente debe trabajar con el alumno en ambos sentidos. El trabajo en este sentido debe enfocarse tanto hacia lo personal como hacia lo social.

Para conseguirlo el docente debe tener en cuenta que su rol está en constante cambio y que su formación, en este sentido, es esencial. Sus conocimientos deben adaptarse a los tiempos y a los constantes cambios, pero no de manera convencional sino a través de las TIC, de comunidades, como las potenciadas en el encuentro, de intercambio de experiencias, ideas y opiniones. Los espacios y las metodologías están transformándose y los docentes deben ser conscientes de que el lenguaje y los vehículos de transmisión de información ya no son los mismos, debiéndose adaptar a los continuos cambios para llegar a los intereses de los alumnos en cada momento; pero también teniendo en cuenta que se está educando a futuros ciudadanos de una realidad cada vez más compleja y que la educación que reciban en el presente les debe preparar para el futuro que les espera.

La familia, el otro agente integrante en la educación, aparece en las primeras conclusiones como un elemento clave dentro del proceso educativo. Si bien siempre lo ha sido, ahora su papel, al igual que el del docente, se alza como indispensable para orientar al alumno dentro de esta realidad cambiante. La familia se presenta como el nexo entre el aula (el docente) y el alumno. El hogar se presenta, de esta manera, como una extensión del aula, máxime cuando las TIC permiten esa conexión. La familia debe ser cada vez más abierta y conectada a las nuevas tecnologías y crear un contexto de pensamiento crítico.

Estas primeras conclusiones no son más que un avance de las diversas ideas que surgirán durante la clausura del encuentro y que permitirán tener una idea tan global como específica del camino de la educación en el futuro atendiendo a las nuevas metodologías y a los diferentes canales de difusión, a los nuevos roles de los agentes integrantes en el proceso educacional. Todo en busca de una educación futura más acorde con los tiempos y con capacidad de transformación y adaptación.

TEXTO: Israel Paredes.

Digital, multicultural... ¿Cómo debe ser la educación en el siglo XXI?