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Mr. Mourao. El portadista del Libro de la Arquitectura

Por Jaime Casas

Os preguntaréis quién es el autor de la magnífica portada de esta edición. Sus ilustraciones llaman poderosamente la atención. Parecen querer emular los dibujos imposibles y los mundos imaginarios de M.C. Escher. 'Él creaba ilusiones y a mí no me interesa provocar ilusiones', explica. A mi me interesa volcar en la hoja de papel el máximo de elementos. Tengo horror al vacío: me gusta llenar el espacio.

La maraña de elementos que coloca el portugués (residente en Barcelona) Vasco Mourao en sus ilustraciones, guarda una serie de intenciones que definen su estilo y obra. 'Quiero crear la sensación de que de lejos no eres capaz de percibir los detalles; ves una mancha gris, pero a medida que te acercas, vas eligiendo sitios para entrar y ventanas a través de las que mirar' 

 

En definitiva: 'que tenga una lectura de varias distancias'. Y añade: 'hay una mancha general y después un punto de entrada, a través del cual entra el ojo'.  Vasco, en exquisito español e ideas más que claras, también es el responsable de las jornadas Creative Mornings, en las que mensualmente un creador dar a conocer los detalles de su trabajo en un contexto distendido y proclive al diálogo. 'Me pareció una idea fantástica y decidí empezar a organizarlo en Barcelona', dice. Entre unas cosas y otras, Mr. Mourao, su nom de guerre, no para quieto.

Desde que se centró en la ilustración, apartando tangencialmente la praxis de la arquitectura de su quehacer diario, se ha convertido en uno de los ilustradores más solicitados de la prensa seria anglosajona. Ha publicado portadas de The New Yorker, amén de una retahíla de ilustraciones interiores que acompañan a las acrobacias editoriales de sus periodistas, y también para The Washington Post, entre otros medios. 

Antes, Mourao fue un arquitecto que dejó la profesión por hartazgo.'Hubo un momento en que me dejó de interesar el día normal de un despacho de arquitectos. Me gusta mucho la arquitectura, pero el día a día es duro. De hecho, empecé a dibujar en las largas reuniones del despacho, en las que quizá sólo debía hablar veinte minutos en cuatro horas'.

'Me dedicaba al dibujo en algunos momentos, entre horas; me di cuenta que me gustaba mucho más. Y trabajar mi dibujo me permitía trabajar por mi cuenta; estando sólo yo tomando decisiones. En el arquitectura trabajas en equipo y la responsabilidad es compartida por mucha gente. Es muy complicado seguir una obra en su totalidad, porque son muchos años de trabajo. Y realmente nunca es tu obra'.

Su personal estilo de ilustración, donde siempre figuran ciudades imposibles con Nueva York como máximo modelo, juega con la percepción, la forma, el espacio y el volumen. 'A partir de los dibujos que realicé en mi proceso de formación, fui desarrollando este lenguaje usando un mundo que conocía. Las ventanas, las paredes, los edificios. Son todos elementos que ya sé cómo funcionan y los puedo juntar, mezclar y distorsionar. Es un lenguaje que conozco y hablo en otras lenguas'.   

Mr. Mourao. El diseñador de la portada del Libro de la Arquitectura