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Chéjov imaginado

por Antía Covas

Los mejores representantes del teatro argentino hace tiempo que han encontrado una segunda casa en nuestros escenarios. Uno de los más representativos es Daniel Veronese (Buenos Aires, 1955), talento infatigable y hombre orquesta (dramaturgo, actor, director, autor) que podríamos englobar entre la galaxia de autores-directores-dramaturgos más interesantes de la escena contemporánea.

En estos días monta en Madrid, con producción del Centro Dramático Nacional, una versión libre del Tio Vania de Chéjov  (una más, lo que convierte su pasión por el autor ruso en una suerte de sana obsesión) bajo el título de Espía a una mujer que se mata. El sólido reparto lo forman Jorge Bosch, Pedro García de la Heras, Ginés García Millán, Malena Gutierrez y Sisi Sánchez.

En ella, la minimalista escenografía empleada es la misma de otra obra suya:  Mujeres soñaron caballos, “ya vieja y golpeada”.  Siempre en una búsqueda vital (lo que no implica, necesariamente, encontrar) que trata temas universales, entre lo trascendental y lo mundano, para alcanzar la verdad o las verdades de nuestra razón de ser.

Espía a una mujer que se mata. Teatro Valle Inclán. Hasta 10 de diciembre. 

Chéjov imaginado