<
>
 
Se ruega tocar
Thomas Evans
Por Marta Molina
 
La fotografía no hace justicia al arte de Thomas 'Detour' Evans porque su obra se toca. El artista estadounidense de 32 años utiliza pintura 'eléctrica', software musical y circuitos para crear una obra plástica que compone música. Las zonas oscuras de sus cuadros ocultan hasta doce puntos de contacto distintos que emiten, cada uno de ellos, un sonido único.
 
Este artista disruptivo es un gran melómano. La música abarca todas las aristas de su obra. No solo moja sus pinceles en 'pintura musical' sino que también son músicos los protagonistas de sus retratos hiperrealistas. 'Quiero desafiar la idea del arte tradicional', confiesa determinante. 'Busco diferentes materiales y formas de crear trabajos que incluyan el aspecto visual, el audio y el tacto', explica.
 
Thomas Evans emplea la tecnología de Bare Conductive para crear sus experiencias plástico-sonoras. Aunque de menos potencia conductora que un cable convencional, esta pintura conductora de electricidad es apropiada para circuitos y sensores de baja intensidad. Es una pintura, gruesa, viscosa y negra, formada por partículas de carbono suspendidas en un aglutinante soluble en agua. A medida que se seca, las partículas se unen y hacen contacto. 'Como nunca tuve formación artística o formal, siempre he cuestionado las reglas y el proceso', confiesa. 
 
El 90% del tiempo que Evans invierte en su estudio es para trabajar sobre la tecnología. 'Soy pionero en un nuevo tipo de arte que trata de hacer que la obra tradicional sea interactiva', se identifica. 'Es como hacer algo de 2050 en 2017', resume en una descarga. Sus retratos están salpicados de paneles táctiles que, conectados a un controlador MIDI, emiten sonidos que, combinados con armonía, se convierten en música. 'Busco sobrepasar y romper las expectativas del público, que participando, cada persona pueda crear algo único'. 
 
Detour dedicó seis años a experimentar con el arte y la tecnología antes de presentar sus primeros trabajos. 'Pasé de usar discos de vinilo rotos y construir mis propios lienzos para instalar altavoces, a estudiar electrónica para hacer mejores altavoces y amplificadores, de ahí a investigar cómo funcionan las ondas de sonido, y el proceso sigue su curso', rememora. 'Nunca veo nada completo', concluye. 'Y eso es lo divertido: el camino', aplaude.
 
Como no existen ejemplos previos que pueda seguir, resolver los problemas que surgen en el estudio puede llevar tiempo, pero para Evans ser el primero en experimentar con pintura eléctrica es suficiente motivación para superar las limitaciones de trabajar con una tecnología nueva. Evans colabora con el talento artístico de Denver, la ciudad donde tiene localizado su estudio para crear beats que se exhiben en los circuitos de pintura locales. 'Nuestra mirada sobre el arte evoluciona', dice, por lo que considera que trabajar con diferentes materiales le ayuda a entender mejor la conexión con el color, la forma y el sonido.    
 

Se ruega tocar