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LUNA MIGUEL
En fase creciente
 
Por Ignacio Vleming  · Fotografía: Jerónimo Álvarez
 
No sólo es una escritora para 2018, Luna Miguel (Alcalá de Henares, 1990) es un icono generacional que trasciende el propio hecho literario. Desde su primer libro, Estar enfermo (2010), publicado cuando tenía 19 años, hasta su último poemario, El arrecife de las sirenas (2017), ambos publicados por La Bella Varsovia, no ha parado de crecer. El funeral de Lolita (Lumen), su primera novela se publica este año. Escritora entusiasta y editora de PlayGround, se mueve como pez en el agua por las redes sociales. En septiembre de este año Lumen publica su primera novela, El funeral de Lolita.
 
No es la primera vez que publicas narrativa. En 2010 apareció Exhumación, un cuento escrito a cuatro manos con Antonio J. Rodríguez. ¿Cómo te veías entonces y cómo te ves ahora? Cuando escribí Exhumación con Antonio no lo hice como narradora. Para mí aquello se parecía más a un juego. En aquel entonces, a los 19, no me interesaba la narrativa. No tenía un propósito. Pero me lo pasé muy bien probando por primera vez lo de inventar una historia, pensar una estructura y dar voz a los personajes. Hacerlo con Antonio, que ya había escrito parte de su primera novela y llevaba años escribiendo relatos, me ayudó mucho.
 
¿De qué trata El funeral de Lolita? Es la historia de una mujer que se rebela contra el mito de la Lolita a través de su traumática experiencia y de sus obsesivas lecturas sobre nínfulas.
 
¿Cuándo y por qué decidiste escribir esta historia? Desde muy joven me sentí atraída por este universo. Fueron lecturas como El libro de Monelle, El hechicero o Corre Alicia, corre las que me hicieron empezar a reflexionar desde muy pronto sobre la figura de la nínfula en la literatura. Pensé que muchas de las estructuras herederas de Lolita tenían la misma forma, el mismo mensaje, y en 2015 me aventuré a escribir un primer cuento con el que intenté acercarme a este mito moderno desde un punto de vista femenino y feminista.
 
¿Es posible escandalizar a través de la literatura o la pornografía ha acabado con toda posibilidad de provocación? Es posible escandalizar desde la literatura, porque la literatura está construida con ideas que nos pueden poner contra las cuerdas. Una idea original y radical siempre será escandalosa.
  
¿Qué otros proyectos tienes en 2018? Estoy trabajando en muchos a la vez: en el de un libro de poesía infantil, en el de un ensayo sobre escritoras hispanohablantes del siglo XX y en el de mi próximo poemario: Poesía masculina. A ver qué sale de todo esto. A veces es difícil trabajar, criar, leer, escribir y vivir.
 
¿Qué otras novedades literarias de 2018 esperas con impaciencia? En poesía, espero con ganas lo nuevo de Tracy K. Smith y de Natalia Litvinova. También quiero que salga la última parte de Vernon Subutex, de Virginie Despentes, porque no he leído las dos anteriores entregas ya que quiero engullirlas del tirón.
 
¿A qué escritor deberíamos recuperar en 2018? Ahora que Lumen ha sacado la poesía completa de Vicente Aleixandre me parece que podríamos releerlo con ganas.
 
¿Qué eventos literarios son imprescindibles a lo largo del año? En Madrid hay que seguir lo que hace Javier Benedicto en 'Poesía O Barbarie'. También a las chicas de las 'Brujas de Mayo'. Aunque creo que el mejor festival literario de 2018 se celebrará en Barcelona, el Primera persona, que este año trae a un puñado de 'escritorazas' feministas brutales.
 
Un escritor revelación de 2017. En poesía, María Sánchez ha sido un auténtico terremoto. También me han interesado las nuevas propuestas de Irati Iturritza y Rodrigo G. Marina. En narrativa Rosa Moncayo. Y desde la no ficción: Eudald Espluga y Noemí López Tujillo son dos de mis ensayistas/periodistas preferidos.
 
¿Con que artistas plásticos de tu generación te identificas? Con María Hesse.
 
Si fuera música, ¿a qué te gustaría que sonase El funeral de Lolita? A Françoiz Breut.  

Luna Miguel. En fase creciente