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VUELTA AL MUNDO GASTRONÓMICO
por los mercados madrileños 
Por Laura S. Lara
 
Con el street food instalado en nuestra agenda de ocio gastronómico, la fruta y verdura frescas, los pescados de lonja y las carnes al corte para paladares exquisitos, los mercados de abastos se convierten en la mejor opción para disfrutar de una buena comida después de haber llenado el carro de la compra. Edificios con historia, conceptos vanguardistas, estrellas Michelin, cocinas sostenibles o barras funcionales en contacto directo con la materia prima que compran, elaboran y sirven cada día y que nos invitan a viajar por todo el mundo sin movernos de la plaza. Cada vez es más difícil reservar mesa en el mercado. 
 
ASIA Yoka Loka 
Cuando Yoka Kamada abrió Yoka Loka en 2007, su objetivo principal era aprender español. 'Mi estilo hablando español es más bien callejero, mis profesores son mis compañeros del mercado de Antón Martín', comenta esta japonesa enamorada de Madrid, del pulso de la ciudad y de su herencia del comercio local y costumbrista, que aprendió los secretos de la reconfortante cocina casera nipona junto a su madre en Akita, al norte de Japón. Kamada es la única socia del restaurante, una izakaya japonesa en el interior de un mercado tradicional, tienda de productos y curiosidades relacionadas con la cultura nipona, punto de encuentro de los amantes de este rincón del mundo y hogar donde relajarse y disfrutar del auténtico sabor de Japón. 'Es el primer negocio que he montado, pero no será el único', se aventura a decirnos Yoka. En cuanto al plato que más sale de su cocina no tiene dudas: 'A los españoles os gusta nuestro chirashi, una base de arroz de sushi, cubierto con pescado y salsa especial Yoka Loka'.
 
Aunque se declara fanática de la cocina española: '¡Me encanta el salmorejo!'. La carta de esta taberna japonesa está llena de recetas originales y 'secretas' como el wafu ramen o la tempura de verdura y langostino, para las cuales se abastece de producto fresco y de temporada, comprado habitualmente en el propio mercado de Antón Martín.'Nuestros mejores proveedores son nuestros compañeros del mercado; nos apoyamos mutuamente'.
 
Tener un puesto a matacaballo entre el corazón del barrio de las Letras y el Lavapiés más castizo da para escribir un anecdotario. Kamada nos cuenta que su tienda originalmente medía lo que mide un tatami y no tenía puerta, así que tenía que saltar por encima de la barra para entrar. 'Durante un tiempo fue la tienda de sushi más pequeña del mundo'. En su tiempo libre, ¿dónde va una japonesa que echa de menos su país? 'Cuando cerramos los japoneses nos tomamos algo con nuestros amigos japofranceses de L'Artisan, en Ventura de la Vega. Es un ambiente muy japo. ¡Venid a tomar una!'. 
 
EUROPA Pasta Mito
Fue el primer Risto-Shop (restaurante y tienda) italiano que se abrió en Madrid. En septiembre de 2014, Jon Neira instaló en la planta baja del mercado de Chamartín este rincón de platos y productos tradicionales de Italia y aunque actualmente disponen de un segundo local en la calle Alburquerque, él sigue siendo el único socio.
 
'Comencé mi carrera en la hostelería en otro bar de mercado llamado Eltxipi, en el local que hoy ocupa Pasta Mito, un concepto diferente que ha sentado escuela en la ciudad porque por parte del público la respuesta siempre ha sido muy positiva'. Y es que tener un restaurante dentro de un mercado es una experiencia única: 'Es muy divertido, y además tienes el mejor producto fresco de todo Madrid a tu alcance'. El mercado de Chamartín es posiblemente de los tres mejores mercados de abastos de España, según la opinión de Neira. 'El punto negativo quizás sea no adaptarnos a los nuevos tiempos y mantener los horarios de hace veinte años'.
 
Como su propio nombre indica, Pasta Mito es el paraíso de los amantes de la pasta fresca, ya sea rellena, en forma de spaghetti o primi piatti, con salsas caseras y cocinada siempre al estilo tradicional con auténtico producto italiano fresco de primera calidad. 'Nuestros platos más demandados son la pasta rellena de queso de cabra e higos y la lasagna bolognesa. Tenemos un chef de Torino que cocina al estilo de las nonnas italianas y la bolognesa la borda. Muchos clientes nos dicen que es la mejor lasagna bolognesa que se puede comer en Madrid'.
 
Pero reconoce que a él lo que más le gusta son los garganelli alla putanesca. 'Son unos marrones estriados con una salsa típica de Nápoles con base de tomate, alcaparras, anchoa, aceituna negra y un poquito de rock and roll'. El producto, por supuesto, lo adquiere en el mismo mercado. 'Por comodidad, por frescura y por calidad, aunque a veces hay que negociar precios con el comerciante y muchos son duros de pelar'. 
 
 
AMÉRICA DEL NORTE Güey
Cocina 'chingona' en el mercado de Vallehermoso, reza su eslogan. Pero si algo es Güey es un idilio entre España y México. No hay día que vayamos y que no nos encontremos a Edson con un mole entre sus manos. Las cosas buenas necesitan tiempo y cariño, y este mexicano afincado en España elabora esta mezcla de chiles, chocolate, frutos secos, anís, pimienta, clavo y canela con el cuidado que merece.
 
Y si te apetece, lo acompaña con un rico margarita de zumo natural. 'Tener un restaurante dentro de un mercado es una mezcla de caos, trajín y energía. Un lugar reducido de trabajo, bullicio y al mismo tiempo un espacio lleno de electricidad y una plataforma muy buena para innovar e improvisar. Nos pone de buenas ir al trabajo', explica Edson. En Güey, este mexicano elabora cocina tradicional de su tierra con materia prima española que encuentra en el mercado de Vallehermoso, siempre intentando mantenerse fiel a su gastronomía y recetario. 'El 90% de nuestra carne y pescado es del mercado'. 
 
El taco al pastor con salsa de achiote, cerdo, cebolla, cilantro y piña es el plato que más gente pide de la carta, pero hay mucho más. Su aguachile (ceviche picante) es un must para los amantes del sabor a 'fuego', a todos tacos les agregan unas gotas de aceite infusionado con hormigas chicatanas y suele disponer de chapulines fritos, al más puro estilo mexicano.
 
'Una vez un grupo de amigos ordenó a nuestra camarera tres raciones de chapulines (saltamontes). Era su primera semana y no explicó a la mesa lo que eran pensando que lo sabían. La cara de sorpresa de los comensales cuando llegaron a la mesa tres raciones de insectos fue de risa', recuerda el alma de Güey. Edgar asegura que también le gusta mucho la cocina española, en especial la tortilla de patatas, y que la Cava Baja madrileña, con sus casas y sus calles, le recuerda a Puebla, su ciudad de origen.  
 
AMÉRICA DEL SUR. Chambí
Omar Malpartida no es nuevo en esto de la restauración. Este joven peruano ha revolucionado la gastronomía madrileña desde Tiradito&Pisco Bar y Barra M, pero Chambí es otra historia. 'Nos basamos en el concepto de comer con las manos, trabajamos las cocciones en caja china y cilindro peruano, ambos con carbón'. O lo que es lo mismo, sanguches, buns, comida callejera llena de historia, de sabores y de técnicas, cocina simple, divertida y con mucho sabor en el corazón de Chamberí, que ponen el ADN peruano a La Chispería del mercado de abastos más castizo de Madrid.
 
'Estar en el mercado de Chamberí es una nueva aventura con sus pros y sus contras, es una experiencia distinta y aprendes a trabajar en comunidad. Esa fue y sigue siendo la parte más complicada', comenta Malpartida. En Chambí todo funciona muy bien y no dejan de pasar cosas diferentes. Los salteados con carnes ahumadas al cilindro, los tallarines o el arroz tipo chaufa son algunas de las novedades, pero el sanguche de chicharrón en caja china y las alitas chiferas son los platos favoritos del chef.
 
'En general nos gusta cocinar de todo, pero se nos dan especialmente bien los pescados, los ceviches y los tiraditos'. De la cocina española y de su paso por los fogones de Quique Dacosta, Omar nos confiesa que se queda con los arroces y la casquería. En cuanto a la materia prima, se declara fan de los productos de mercado, y estando dentro de uno no duda en abastecerse de los puestos de alrededor para sus recetas.
 
'Es necesario generar un vínculo con la misma gente del mercado. Las verduras y las aves las compramos aquí, aunque trabajamos también con nuestros proveedores de siempre, los mismos que reparten a los otros restaurantes'. Perú y España están histórica y culturalmente ligados a España, de ahí que los peruanos encuentren en nuestro país muchos lugares parecidos al suyo en cuanto a arquitectura y estilo. 'En el mercado de Mostenses que está a tres calles de Tiradito me siento como en casa, respiro Perú'.  

Vuelta al mundo gastronómico por los mercados madrileños