<
>
  • MÚSICA
  • Así fue: Weyes Blood, el esplendor folk
  • Por Andrés Castaño. Foto: Alejandro del Estal.

Una voz sedosa, apacible como una suave brisa que reconforta. Pero antes de todo están esas composiciones que elevan el folk a la categoría de música sacramental. Hubo lleno total en la presentación en Madrid de Titanic Rising (Sub Pop, 2019), el que será sin duda uno de los discos internacionales del año.

Ha aumentado el interés por esta propuesta tan singular como preciosista. Su propuesta recuerda a Nico o a Carole King, en un folk que bebe mucho de la música coral, de los paisajes clásicos y barrocos. En su anterior visita a la capital, en 2016, presentó su anterior disco Front Row Seat to Earth, del que interpretó cuatro canciones en la sala 0. Abrió la noche Ana Roxanne, un talento emergente que procede de Filipinas pero que reside en Los Ángeles. Con su propuesta de electrónica minimalista, ambient, y un primer EP de 6 canciones, ‘~~~’ (Autoeditado, 2019) en formato cassette, ha conseguido excelentes críticas. Gran hallazgo.

La magia

Weyes Blood desplegó la magia de su último disco, que fluye como un río que busca el mar. Y conecta con el público. Natalie Mering, rodeada de un cuarteto solvente, lidera este sólido proyecto al que aún preveo mayor alcance. Es indudable su capacidad como intérprete y compositora. En su trayectoria ha colaborado con músicos como Ariel Pink’s Haunted Graffiti, Perfume Genius o Father John Misty.

Sus canciones se elevan con el poder del directo. Expande un rollo cuasi místico, con destellos vitales, como ese halo que contiene Movies, cierre del repertorio.

La audiencia mezclaba público joven y cuarentón, lo que refleja el carácter atemporal de su sonido. Melómanos habituales como Blanca Orcasitas, David Piorno o el excrítico musical Ángel del Olmo comentaban que están encantados por la calidad de la propuesta. Músicos como Carlos Castillo o Fernando Gasulla alabaron el poderío compositivo e interpretativo. Todo este consenso no es casualidad.

Momento “SON”

En los bises Weyes Blood recuperó la soberbia Do You Need My Love que planeó alta y esbelta sobre la sala, transitando por lo doloroso y crepuscular (teclados incluidos) del amor. Versionó la mítica y grandiosa A Whiter Shade of Pale de la banda de los 60s-70s Procol Harum. Y sedujo con la preciosa melodía de acústica y teclados junto a esos coros hipnóticos de In The Beggining. Fue el cierre perfecto.

 

MÚSICA: Así fue: Weyes Blood, el esplendor folk