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  • ENTREVISTA
  • Los Enemigos, Bestiezas pardas
  • Por Rubén Arribas. Foto: Óscar Carriquí

  • Aunque uno es un admirador declarado de Los Enemigos desde hace décadas, Bestieza, su décimo trabajo de estudio, y esta entrevista me han pillado por sorpresa. Bestieza, su segundo disco tras su separación y reaparición con el más dubitativo Vida Inteligente, tiene himnos a la altura de sus mejores canciones. Es un trabajo vital y redondo, lleno de energía punk y melodías imperecederas. 

Durante la charla, llena de risas, se pudo apreciar a cuatro músicos ilusionados, hermanados, armados de ironía derrochando buen rollo y con ganas de hablar de todo. Un grupo renovado con Fino (como siempre) encantador pero más sabio, Chema creativo y cercano al ritmo de la altura de la formación, Carlos Krahe, el flamante fichaje ex Los Coronas, aportando frescura además de rotundas guitarras y la versión de Josele más carismática, perspicaz y lúcida. Seguro que Los Enemigos sobreviven a todo esto. Para bichos, ellos. 

Décimo disco…
[Todos] El décimo disco de estudio, con diez canciones que son todas de diez. En el año 20-20, que son 40, entre cuatro que somos. Un disco redondo. 

 ¿“Bestieza” es una nueva e inventada palabra Enemiga?
Josele [J]: Es un palabro. Significa burrada, salvajada o barbaridad en catalán. Las canciones venían muy burras y bestias no era suficiente, por lo que necesitábamos un término. 
Fino [F]: forma parte de nuestro nuevo vocabulario como “clublo” (sonido de club que suena a culo)
[J]: O “ripio&blues”.

Carlos Martos (La vida mata; Nada, Vida inteligente) ya no está en la producción. De ella se ocupa Carlos Martínez, uno de los productores más importantes ligado a la escena pop e indie.
[F]: Fue nuestro técnico de sonido, y precisamente Carlos Martínez nos grabó una maqueta de 7000 canciones, el single del disco, para el Nada. Finalmente, no salió porque faltaba parte de la letra y el estribillo y ahora veinte años después ha cobrado vida. Ha aportado su gran experiencia, pero también mucha frescura y entusiasmo que se traslada al sonido.

Otra gran novedad es el abandono de Manolo Benítez y la llegada de David Krahe, de Los Coronas.
David [D]: Yo, antes de nada, he sido fan de estos cabrones. Los vi con 17 años y me convertí en seguidor suyo. Hace años empecé a tocar con Josele en su proyecto en solitario. Cuando me llamaron fue como el cuento de cenicienta pero en escabeche. Con mucho respeto e ilusión. Si encima grabo con ellos una colección de canciones como está pues imagínate.
[F]: David ha aportado buen rollo, energía, talento musical y creatividad que nos ha enriquecido tanto musicalmente como también en feeling.
Chema [C]: Hay muchos músicos que no escuchan y él ha sabido escuchar y convivir.
[J]: En verdad le llamé para que me diera nombres, pero él se empeñó en “yo, yo, yo”.

¿Qué pasó con Manolo, que incluso recientemente había empezado a formar parte de la empresa de Los Enemigos más allá de músico en conciertos?
[J]: Estaba con Los Porretas cada vez más y al final se quedó allí.
[F]: Si hablamos de Los Enemigos necesitamos un cien por cien, toda la carne en el asador.

¿Es vuestro disco más pop, incluso más punk? Casi ninguna canción pasa de tres minutos. 
[J]: Suena a Enemigos, pero sí que es nuestra cara más pop, más punk, más “bestieza”. Las referencias siempre están en nosotros. Tenemos muchos temas así, menos americanos, pero este disco nos ha rejuvenecido.
[F]: nos hemos cortado el pelo, tiene una actitud muy vital. Es más dinámico, hemos metido muchos coros con más armonías.

Tal vez uno de los temas más recurrentes del disco sea el paso del tiempo. ¿Esto de cumplir años tiene algo de bueno? 

[J]: Teniendo en cuenta la alternativa, cumplir años no está nada mal. 

El disco está dedicado a Rafa Fustes, hostelero histórico del Flamingo o La Vaca Austera ¿habéis paseado últimamente por Malasaña, barrio que fue vuestra cuna? 

[D]: Yo vivo allí. Barquillo ya no es la calle de la música, hay dos tiendas. Sigue teniendo efervescencia, pero se ha perdido esa autenticidad natural con todo lo malo, porque también, cuando yo era niño, era un barrio peligroso. Ahora es muy de falsas apariencias. Sigue siendo sucio como era antes, pero vende modernidad. 

[J]: Yo voy a visitarle. Todo cambia es ley de vida. Malasaña es mucho menos “bestieza”. Yo aún así llego a Malasaña sin querer, por automatismo.
[F]: Ha cambiado mucho pero es un sitio donde siempre sucede algo cultural. Lo que pasa es que la escena que vivimos nosotros en los 90 fue brutal, un referente en Europa. También influyen otros temas como la gentrificación, los fondos buitres, nuevas generaciones…

¿Los singles, cómo los elegís?
[F]: La verdad es que nunca los hemos elegido bien. Septiembre fue una canción que no quería nadie y mira.  Pero 7000 canciones era LA CANCIÓN. Ha habido unanimidad absoluta.

[J]: Somos obsesivos con el set list, el orden de las canciones. Fino trabajó un orden y yo otro. Lo sacamos los dos y eran el mismo.
 

  • “El disco suena a enemigos
  • pero es su cara más pop, más punk, más bestieza”. 
  • -Josele-
     

Los enemigos ¿se deberían escuchar en vinilo?
[F]: Sale en cedé y en vinilo, aunque seguramente sea el último cedé. Todo tiene su momento, pero el vinilo es una experiencia y también el diseño y las letras. Yo aprecié matices en el Álbum Blanco que no los habría distinguido en un cedé. Aunque yo también uso mucho Spotify.
[J]: Con el cedé nos engañaron. Se rompe.
[C]: Leí una noticia sobre una compañía, Rest in Vinyl , que cuando te mueres te hacen un vinilo con tus cenizas y las canciones que has elegido. Vinilo asociado a la eternidad.
[F]: Una “cementeca”. 

Volviendo a 7000 canciones, aparte de un himno, es una declaración de intenciones. El sentimiento de estar fuera de lugar, de no tener un sitio. ¿En Los Enemigos hoy en día hay más incomprensión o más resistencia a los nuevos tiempos?
[C]: Los Enemigos de toda la vida no han tenido un sitio propio, pero hemos estado en todos; festivales indie, de rock, de blues o de pop, Barricada o Planetas…
[J]: Eso demuestra también una capacidad de adaptación. Al principio es una putada porque no saben dónde encajarte, pero al final juega a favor tuyo. Las canciones no están asociadas a un movimiento y hablan de sentimientos y por eso hoy siguen vigentes. 

 Demasiado primitivos para la movida y demasiado cazurros para el noise pop.
[J]: También recuerdo “demasiado rockeros para los punkis y demasiado punkis para los rockeros”. O demasiado rurales para los modernos.
 

 

Escoged solo una canción, cada uno.  
[F]: Océano es una canción que le pasé a Josele cuando empezamos a hablar del disco. Me apetecía cantarla y me ayudó Josele con la letra.  Trata de ver la luz, salir del agujero. Se la dedicamos a los amigos yonquis. Estoy muy contento de que esté en el disco porque la sentía muy Enemigos con referentes que siempre hemos tenido como Lou Reed, Kinks… 

[C]: A mi hay diez canciones del disco que me gustan. Pero la que más me ha hecho comerme la cabeza para ver el ritmo que necesitaba es La Costumbre

[J]: Iba a hablar de La Costumbre también porque es la canción más completa del disco. Los medios tiempos tienen mucho peso específico en Los  Enemigos. Y el discurso me encanta y es la que más guerra me ha dado. Habla del poder del poder. La capacidad de transformar y convertir a la gente en lo de siempre: “Nuevo rostro mismo plan. Hace referencia a un librito que es el más desesperanzador que he leído en mi vida y es de Julio Verne: El eterno Adán

[D]: Voy a decir dos: 7000 canciones. El primer verso me enganchó. “El futuro fue, desapareció...” me recordó al poeta simbolista Paul Válery y su poema “el futuro ya no es lo que era”.  Me han gustado siempre los antagonismos y Josele es un maestro. Y Sacrilegio Sideral  me conquistó emocionalmente porque representa esa capacidad que tiene Josele en momentos determinados de reencarnarse en Krahe.

Las letras de Josele siempre dan lugar a infinitas interpretaciones.
[J]: Hey Judas entra directamente con el estribillo. Siempre me han encantado esas canciones como She Loves you de los Beatles. Es la más cruda del disco, la más visceral, es áspera y compleja. Habla del personaje de Judas, del papel que juega, que es el que más sacrifica ya que renuncia al paraíso. En La Ofensa, el mal está hablando en primera persona y pienso en aquella escena de La naranja mecánica cuando patean al borracho de la calle. El mal manifestado en los seres más vulnerables.

  • “Nos hemos cortado el pelo,
  • rejuvenecido, tiene una actitud muy vital”
  • -Fino-

¿Cómo es vuestro hogar hoy?
[F]: Es pequeñito, confortable, rodeado de discos, de vinilos. El sitio donde paso muchas horas, muchas más que antes. Llevo una vida más tranquila, sobre todo después de mi problema de corazón de hace tres años. 

[C]: Mi lugar es muy artístico. Tengo un pequeño estudio de grabación y uno de fotografía. Mi mujer es músico y fotógrafa. Me encanta el bricolaje. Pasa mucha gente por mi casa; amigos, artistas que se quedan una noche, un mes; de todo el mundo, Finlandia, Bélgica... Es una pequeña Malasaña de los ochenta. 

[J]: Un ático pequeñito desde el que veo la sierra, los pinares, el sol, y que comparto con mi mujer. Un sitio para trabajar, leer. Ahora me gusta estar en casa porque me relaja, como tiene que ser, porque ya he estado en muchas que era lo contrario. 

[C]: Siento más como mi hogar el estar fuera de mi casa. Los bares, La Via Láctea, el local de ensayo. (interrumpe Fino “la gestoría”) Eso de tocar la guitarra de tres a seis de la mañana da mucho por culo al que te rodea. 

Se cumplen 40 años de la muerte de Lennon, 50 de la separación de los Beatles o 50 de la muerte de Janis Joplin o Jimi Hendrix…  ¿A qué músico resucitaríais si pudierais?
Todos resucitaríamos a Rafa Fustes, al que va dedicado este disco, y que además del grifo de la cerveza tocaba la armónica.

 

ENTREVISTA: Los Enemigos, Bestiezas pardas