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Cómo ser la tataranieta de Jack's Daniels
 
Jack Daniel’s compró la destilería de su pueblo a los 13 años y decidió crear un whisky inconfundible. Ese whisky es Jack Daniel’s, obviamente. Cada gota sale del diminuto pueblo Lynchburg (Tennessee) y se distribuye en más de 170 países. Y sí, Jack Daniels murió después de patear la caja fuerte de la destilería. Nos lo cuenta Lynne Tolley, tataranieta del fundador, catadora de excepcion y embajadora de Jack Daniel’s
 
¿Recuerdas la primera vez que probaste Jack Daniels?
Era un bebé. Mi madre solía mojar el dedo en un vaso de Jack Daniels para frotar las encías y calmar el dolor cuando me empezaban a salir los dientes. Esa fue mi experiencia con el whisky. Después, durante los años universitarios en Georgia hasta hoy…
 
¿La clave del éxito? 
La singularidad de su sabor, sin duda. El complejo proceso de maduración del carbón es un proceso crítico que convierte el bourbon en whisky. Cada gota adquiere el color del barril y no agregamos colorante adicional
 
¿A qué sabe Jack’s Daniels?
Tiene un gusto dulce, salado, picante, ligeramente ahumado y un toque a caramelo y vainilla… Pero el sabor varía según el paladar. 
 
¿Cómo se convierte alguien en 'catadora de whisky'?
Empecé a trabajar en la destilería en el año 1980 y, después de un año en la empresa, dije que quería ser catadora. Estuve entrenando un año mis papilas gustativas hasta que comprobaron mi habilidad pituitaria y conseguí mi objetivo. 
 
¿Cuántos sois?
Entre 25 y 30. Hay dos grupos de catadores: los que saborean el whisky antes de entrar en el barril y las personas que lo prueban después de ser destilado. Yo elegí el segundo grupo, es cuando el whisky está maduro, suave y delicioso…
 
¿Qué ha heredado de su tio-tatarabuelo?
Era muy hospitalario. Le encantaba entretener y ejercer de anfritrión. Espero haber heredado eso y, por supuesto, espero estar a la altura de sus papilas gustativas. Hay personas que dicen que me parezco a él, aunque... ¡yo soy más alta!
 
¿Que hay de verdad sobre la extraña muerte de Jack Daniels?
Llegó una mañana temprano a la oficina y se dirigió a la caja fuerte. Se dio cuenta de que no tenía la contraseña -solo en poder del tesorero, su sobrino Lem Motlow- y empezó a patearla hasta que se rompió el dedo gordo del pie. Perdió el pie y, finalmente, se le envenenó la sangre debido a una infección y murió. La moraleja de la historia es 'Nunca dejes que la ira se quede con lo mejor de ti'

Cómo ser la tataranieta de Jack's Daniels