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Javier Reverte

Tanzania

En su último libro, Canta Irlanda, Reverte se nos pone lírico. “Tengo corazón de poeta, aunque sea un poeta torpe”. Pero la extensa obra de este escritor, durante años periodista (TVE, Pueblo), sobre todo se compone de novelas y libros de viaje, con África como destino recurrente (muy recomendable su Trilogía de África). Es toda una autoridad sobre Tanzania. “Havana 7. Historias que cuentan” le ha rendido homenaje en su novena edición dedicada al Periodismo de Viajes. 

¿Qué siente cuando oye la palabra Tanzania? Un latido muy fuerte en el corazón. Amo a ese país.

¿Qué recomendaciones le daría al turista antes de viajar allí? Que abra sus sentidos. No sólo la vista: el oído, el tacto, el olfato... Es un lugar muy sensorial.

¿Cuáles son sus ciudades tanzanas favoritas? Maputo, que es portuguesa y africana a la vez, y que es la más hermosa. Dar es Salaam, la capital, es la más caótica, pero a mí me gusta el caos del África negra (no del Magreb).

¿Cuál es su mejor recuerdo allí? La primera visión del cráter del Ngorongoro. Creí que era mentira, y resultó que era verdad. Un jardín del Edén creado por un delirio extravagante de la Naturaleza.

“El Doctor Livingstone, supongo”. Parece ser que esta frase se pronunció en Tanzania, en Ujiji. Este tipo de historias, ¿lo influyen a usted para ir a un sitio concreto? La mítica, esto es, la historia y la literatura, es la impulsora de mis viajes. Por cierto, he estado en Ujiji.

¿Una buena lectura sobre Tanzania? Los libros del cazador Frederick Selous. No sé si están en español…

¿Se parece en algo pasear por una calle de Tanzania a pasear por aquí? Es muy distinto: olores, rostros, canciones, palabras, aire... Estás en África, lo sientes.

¿Su arquitectura preferida? La natural: el gran Kilimanjaro, ese inmenso pecho que surge, coronado por un recio y gigantesco pezón nevado, en medio de la sabana.

Hay muchos parques en Tanzania, ¿cuáles son sus preferidos para sentarse a escribir? Selous sobre todo, es la esencia de África, el parque más salvaje.

¿El mejor atardecer? En el Serengueti.

¿Es usted de safaris? No mucho. Los  animales salvajes, al verte, se dan la vuelta, levantan le rabo y te enseñan el ojete. Tengo decenas de fotos de culos de animales.

Una isla de los alrededores de Tanzania donde perderse… Mejor una isla donde encontrarse: Pemba.

Se enamoró de África en los libros, siendo pequeño, y luego viajó allí. ¿En qué ha cambiado África desde que fue por primera vez y hoy? En muy poco. La pobreza resiste al paso del tiempo con un férreo empeño.

¿La estampa más bonita? La belleza de una hermosa muchacha samburu al reír.

¿Cree que los medios de comunicación solo destacan la parte negativa de África? Eso es el periodista, ya se sabe: mala noticia, buena noticia.

¿Por qué dejó usted el Periodismo? Es un oficio para jóvenes. Y yo ya no lo soy de cuerpo, sólo de alma.

¿Lo tienen difícil los periodistas para viajar hoy, ante la falta de presupuestos? No difícil: casi imposible. A no ser que les paguen las agencias viajeras, las oficinas de turismo y las líneas aéreas. Pero eso no es viajar.

Dice usted que, “si viajas, no envejeces”. ¿Qué años tiene? En el espíritu voy por los treinta, más o menos. En la apetencia sexual, alrededor de los cuarenta. El DNI, ni lo miro. Lo malo son los números. 

Por Paloma F. Fidalgo. Foto: Javier Reverte en Tanzania.

Javier Reverte: Tanzania