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Liniers

Buenos Aires

“Todo lo que hago es una autobiografía de mi cerebro”, reconoce Ricardo Siri, quien firma sus trabajos con el alias de Liniers. Es el máximo representante del nuevo humor gráfico argentino y uno de los más destacados historietistas de la actualidad.

Su obra destila inteligencia y la inocencia de unos personajes que por fuerza se convierten en favoritos. Macanudo 9 y Garabato, sus dos últimos trabajos publicados en España, azuzan la imaginación y la creatividad del lector. Desde Buenos Aires, Liniers nos habla de su obra y su ciudad.

El sentido del humor es una de las pocas formas de inteligencia que camina libre de presunción. Trabajas el humor siempre desde la ternura y la inteligencia; a veces parodias lo absurdo y lo tiñes de inesperados y lúcidos puntos de vista. ¿Qué tipo de reacciones crees que provoca tu humor? Me parece que para que el humor funcione debe tener una verdad oculta en su trama. Es la única manera de detonar en quien lo consume. Claro que hay tantos sentidos del humor y maneras de hacer humor como uno pueda imaginar y yo intento que en mis tiras se encuentre una paleta bien rica de esto. Generalmente una tira en un diario suele tener un tipo de humor. Sátira política, humor observacional. A mí me gusta que en Macanudo no sepas bien como y que viene en cada tira. De un dibujo a otro paso al humor negro, tierno, críptico, autorreferente, absurdo, político. El lector no tiene que ver venir el chiste, eso mata el humor. Tiene que ser como un boxeador que no ve venir la piña.

Lo del humor “va muy en serio”, aseguras cuando agradeces a tu padre el apoyo en uno de los tomos de Macanudo. ¿El humor deja de ser efectivo cuando carece de esa necesaria seriedad? Hay una frase de Mark Twain que dice que el problema del humor es que nadie se lo toma en serio. Con el humor se dicen cosas constantemente que se descubren en la segunda lectura. Ahí te podés dar cuenta si un tipo es buena gente o un misógino racista. Es cuestión de preguntarte, ¿qué está diciendo ese chiste?

Háblanos de Buenos Aires. ¿Cuál es tu tienda de discos favorita? Me gustan las tiendas para comprar vinilos usados: Abraxas y Oíd mortales.

Y tu restaurante preferido… Me gusta Farinelli donde hacen sandwiches y tortas deliciosas y Sudestada, para comer comida del sudeste asiático.

¿Una sala de cine? Desgraciadamente los cines de mi infancia fueron desapareciendo. Eran cines hermosos con mucho cuero y madera. Algunos devinieron en templos evangélicos o bingos. Muy triste. El único caso de una metamorfosis positiva es la del cine Grand Splendid que devino en una de las librerías más lindas que conozco: El Ateneo Grand Splendid.

¿Cuál es el acontecimiento cultural de la ciudad que no te pierdas nunca? La feria del libro es siempre un vórtice de autores, lectores, eventos. Últimamente también están apareciendo varios eventos sobre historieta que se van afianzando. Comicópolis, el ‘Comic-con’ de Buenos Aires.

Elige tres lugares más de Buenos Aires que te gusten especialmente. Es raro, es cómo que te pregunten que parte del cuerpo te gusta más... lo necesito todo. A Buenos Aires la necesito toda. Me llena de ideas. Pero si andan por acá, recomiendo sus librerías, buenos restaurantes y salidas nocturnas. Y si tienen la suerte de venir cuando Les Luthiers están en el teatro Gran Rex... ¡Vayan!

¿Tu rincón porteño favorito? Me gusta pasear en bicicleta. Hay bastantes bicisendas que lo hacen más disfrutable. Si vas en bicicleta, toda la ciudad es tu rincón favorito. 

Por Jaime Casas. Ilustraciones: Liniers.

Liniers: Buenos Aires