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  • TEATRO/ CRÍTICA
  • Carcajada ante lo precario  
  • Por Andrés Castaño

Beatriz Torres era una de tantas actrices que trabajaba en hostelería en Madrid. Esperando una oportunidad. Tratando de sobrevivir y de abrirse paso en su pasión: la interpretación. Hasta que harta de lidiar entre dos tierras. Decide dar el salto y fundar la compañía Zia La Moraíta Teatro. Y escribe un texto autorreferencial en el que aparece su vida más reciente, sus pasiones, su hartazgo, su acento gaditano y su ‘grasia’.

Toma tu puta cañaes una comedia con toques clásicos, la radio como compañera, como elemento psicoanalítico en esa voz de locutora argentina (invitada especial Fernanda Orazi) o la mención a La gata sobre el tejado de zinc de Tenesse Williams. Pero la obra también añade una  estructura moderna, desenfadada, en ese hablar al público como si fuera tu espejo. Un recurso que ofrece cercanía y sirve para romper el hielo. Aunque a veces pueda ser un elemento manido. La gracia de Torres hace que conduzca con frescura sus quebraderos vitales: el hastío de los clientes de bar cansinos, la vuelta a casa sola por la calle y el temor a que alguien rompa su tranquilidad, sus fracasos en los castings.

Y luego está la madre. La madre siempre presente, con ese amor incondicional, ese elemento que arraiga con las raíces del pueblo gaditano. Respetar tus orígenes se plantea como algo necesario, así como ver mundo para también poder impregnarte de experiencias. La obra se inicia con una canción Andalucía, de El Kanka. Y acaba con la esperanza. Con la necesidad de buscar la luz, el brillo, el avance. Porque el agua aunque se estanque, tiene que circular, sino la vida se para.

Uno sale de la obra con la sensación de que nuestras generaciones jóvenes, o no tanto, tienen mucho que decir. Y hacer su hueco aunque les cierren el paso, les obstaculice la odiosa competencia. La historia no va de quedarse en la queja, sino de trascender la queja. Ahondar en la pasión vital. En lo que te mueve. Y pasión hay mucha en Torres. Y salero, que viene de su enlace con el universo chirigotero. Reírse de uno mismo es la primera fórmula para poder reírse del mundo, y también para relativizar, para que la desgracia no se convierta en reino. Y que tus sueños puedan seguir volando. Una puta caña, por favor ¡Salud!

Toma tu puta caña. Zía La Moraíta Teatro. En diciembre los viernes a las 22:15 y los jueves de enero a las 20:30 en Nueve Norte (C/del Norte, 9).

 

 

TEATRO/CRÍTICA: Carcajada ante lo precario