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Brokers

Yllana
Tiburones a la vista

A temblar, tiburones financieros. A esos pobres ricos cuya alegría depende de inflar el talonario, la compañía teatral Yllana los coloca en la diana de su divertida e inmisericorde crítica en la obra Brokers, una obra que cumple tres años arrasando en cartel y hasta el 29 de mayo podemos ver en el Alfil. Los protagonistas son cuatro miembros de la extensa nómina de la compañía: Luis Cao, Fidel Fernández, Antonio Pagudo y Toni De La Fuente.
"Parodiamos a esos multimillonarios cuyo dinero dudo que consiguieran a base de esfuerzo", afirma Fidel Fernández, cofundador de este grupo de mimos que, contagiado por el Teatro del Absurdo, denuncia con su ironía los sinsentidos y las injusticias, sin miedo a antipatías: "Yllana no se casa con nadie, sólo con el buen cómico", asegura Cao, también profesor de interpretación en el centro IGI, cantera de la compañía. En sus montajes el público siempre queda debidamente satisfecho (su título más conocido es 666). ¿Será que tenemos hambre de teatro o de risa? "De risa", concluye De La Fuente, "todos queremos reírnos de lo que nos pasa".
Esta sociología del pijismo que es Brokers empezó a incubarse hace años, pero, lo que son las casualidades, sólo estuvo a punto al irrumpir la crisis. "Eso la favoreció, el público estaba ya familiarizado con los términos, y hasta hoy ha permanecido intacta, algo infrecuente", dice Cao. La protagonizan, en perfecta coordinación, cuatro trajeados tipos, grotescos pero verosímiles, de peluca rubia ("qué mal me queda", lamenta De La Fuente), sátiras de tiburones de las finanzas. El montaje, como todos los de Yllana, es un encaje de varios "sketchs" rápidos y medidos ("basta que te retrases dos segundos con una broma para que pierda su efectividad", se asombra Cao), que recrean sarcásticamente sendos ambientes habitualmente respirados por los equivalentes reales de los personajes. "Fuimos al Ritz y a La Bolsa en busca de sensaciones, aunque no seguimos el Método Stanislavski, sí el staniswhisky", apunta Fernández.
La gestación de toda obra de Yllana es muy movida: "Conjuntamente, jugamos como niños con una idea, sin límites, hasta que surgen escenas que enganchan", explica Cao. Se conforma un espectáculo sin palabras, pero no en silencio, pues a los actores los escolta una tremenda artillería de efectos sonoros. "Reivindicamos que en los Max se premie a los técnicos de gira, su trabajo es indispensable", afirma Fernández, a quien, lejos de costarle reprimir la sinhueso, "me costaría adaptarme a un trabajo con texto". La intensa expresión corporal exige invertir mucha energía, "cuidamos la resistencia física", asegura el mismo actor. A cambio, el universal lenguaje de los aspavientos les permite girar por todo el globo, "aunque a veces las onomatopeyas varían entre países", advierte De La Fuente. También es variable la reacción de los públicos, "en Japón, por respeto al actor, no se carcajean, aunque luego aplaudan tres horas", cuenta Cao. Pero siempre se interactúa con el respetable, "siempre está dispuesto", agradece Cao.

Fotos: Pedro Gato

Brokers. Teatro Alfil. Hasta el 31 de julio.

Brokers cumple tres años. Hasta el 29 de mayo en el Alfil.