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Johann Wald
De las estrellas de la música a las Michelin
 
Por Victoria Bravo
 
Muchos le conocíamos por su pasado en el canal MTV, donde presentaba listas de éxitos y entrevistaba a músicos de lo más variado. Pero descubrió que la cocina era un territorio a explorar. Ahora es cocinero y divulgador. Carismático, vital y buscador incansable, hace propia la frase: 'hay que explorar' 
Hay quien no conoce tu faceta gastronómica. Soy cocinero de formación y portavoz y divulgador de tendencias gastronómicas. Pero, sobre todas las cosas, me gusta comer y beber. 
 
¿Qué te enganchó a este mundo? Siempre he sentido una vocación por dar de comer y entretener a mis invitados, a la vez que una pasión por sentir la vida en los establecimientos de toda índole, desde bares “Manoleros” hasta casas de comida de prestigio.
 
Tuviste ocasión de conocer a Sam Kass, ¿qué te pareció? Me fascinó que desde que entró a trabajar en la Casa Blanca se responsabilizó de plantar el primer huerto ecológico que ha habido en esos jardines, ¡y de instalar la primera micro cervecería dentro de la casa! Me contó que desde que empezaron a fabricar sus propias cervezas, las regalaban por cortesía a todos los invitados de la Casa Blanca, y que han servido para calmar las aguas en más de una ocasión en el Congreso. 
 
Tuviste ocasión de probar San Miguel Selecta, con la que se maridaba la cena. Sí, y me pareció de un equilibrio sublime entre sabores y aromas tostados, perfecta para tomar con un amplio abanico de platos. 
 
'La búsqueda de los mejores ingredientes'. ¿Cómo trasladarlo a tu trabajo? Trato de cocinar siempre con productos de proximidad que tengan el menor impacto posible en el medio ambiente y, si compro carne o pescado, intento que sean de granjas éticas en las que hayan hecho todo lo que está en su mano por ofrecer a los animales la mayor dignidad posible antes de sacrificarlos. Jamás compro carne o pescado en grandes superficies o en bandejas de plástico. 
Elige dos destinos con los que te quedarías. Con Japón entero y San Sebastián, sin duda.  

De la música a las estrellas Michelin