Los mitos suelen contener respuestas a cuestiones fundamentales de la existencia humana. La ausencia de estas, o al menos su superficialidad a lo largo de la amalgama argumental en la que se mezclan mitos grecolatinos junto a otros contemporáneos, es la única pega que se le puede achacar a esta multipremiada y admirada primera novela gráfica de quien se hizo célebre al dar cuerpo a oscuras historias de superhéroes junto a Frank Miller, o por la adaptación, junto a Paul Karasik, de la Ciudad de cristal de la austeriana Trilogía de Nueva York. Sins Entido, como siempre, sobresaliente, con la cuidadísima edición.
Texto: FB
|