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Sobre Gondomar y otros misterios 
 
 
Veinte minutos después compartirá escenario con Zahara en el ciclo Cómplices de Mahou. Pero ahora contesta a preguntas ya respondidas desde un sofá minúsculo en el backstage de la sala Copérnico. Las entrevistas mejor posicionadas en Google revelan que no ha sido su mejor año. De hecho, ha sido un año de mierda: todos sus titulares entrecomillados comparten poso apocalíptico. Pero relativiza cuando hace balance: 'Ha sido un año raro, repleto de cosas no agradables, con disfunciones varias. El problema es que venía de años muy felices y, cuando termina la racha, duele más. Pero no puedo quejarme. Estoy de puta madre casi todo el rato. Creo que soy un 30% más feliz que la mayoría de la gente'. 
 
Y sobre el clásico 'con las defensas bajas compones más y mejor' dice que es una estupidez. El problema es la vagancia. Cuando uno está bien, el tiempo se disfruta, no se escribe. Pero él si ha escrito en 2015. Huyó a Gondomar: su centro de gravedad, su campo magnético, su Macondo. Gondomar es feo. Es un pueblo sin nada. Pero es suyo. “No tiene nada, por eso los que vivimos allí vivimos allí.  Siempre los mismos, en verano y en invierno”. 
 
La web musical Jenesaispop publicó hace días una crítica (elegante pero implacable) sobre Izal. El texto, en resumen, dudaba de la calidad musical de la banda y planteaba la posibilidad de que el marketing fuese más poderoso que el talento. El efecto 'fan' reventó en las redes sociales y la crítica quedó ensombrecida por los insultos. '¿Sabes cuál fue el punto de inflexión de Los Piratas? Una crítica durísima que hizo RockDeLux al disco 'Relax'. Y pensé: si RockDeLux, que nos ignora desde hace 13 años, escribe de nosotros, es que estamos haciendo algo importante. Si yo fuese Izal, interpretaría eso como algo de puta madre. De hecho, el único problema que tiene ahora mismo Izal, es que les va de puta madre'
 
Respeta la crítica y censura el amiguísmo crónico. Y reconoce haber sufrido en algunos discos por el efecto de la condescendencia. 'Ha habido momentos en los que la gente ha sido demasiado amable conmigo. Y no sabía realmente si era porque el disco les llegaba o, como soy simpático, no querían decirme que el trabajo era una mierda'.
 
Ya no ocurre. El tiempo reubica. Desinfla burbujas inmobiliarias -en la música o en la ingeniería- y reconoce el talento. Hace casi décadas que Ivan Ferreiro escribe sin censura. No tiene que responder ante nadie, pero sí lo hace. 'Cuánto más libre me siento, más pregunto. Siempre a los mismos, pero pregunto'. Le da un trago a la cerveza, estira el chaleco y se despide. El espectáculo de después será pura química. Un concierto sobre carisma, libertad y rock. 

La crítica destructiva de RockDeLux, el punto de inflexión de Los Piratas