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Foto del montaje “Rebeldías posibles”. 

 Javier García Yagüe:

25 años de Cuarta Pared

Paso a paso, arriesgando y esforzándose en profesionalizar las artes escénicas, la compañía y sala Cuarta Pared llega a los 25 años. Tiempo en el que han pasado de ser pioneros a convertirse en referente del teatro contemporáneo, exportando fuera de Madrid una filosofía marcada por la investigación, la educación y la creatividad. Su director artístico, Javier García Yagüe, nos ayuda a imaginar los próximos 25 años desde la propia historia.

Cuando arrancásteis, la situación teatral tenía síntomas de parálisis, ¿y ahora? La situación era muy mala porque tenía un carácter comercial, frívolo. Se había terminado la época del teatro independiente y el teatro contemporáneo, que era el que nosotros creíamos que hacía falta, que le interesase a la gente, que tuviese que ver con el debate social y que acometiese los problemas de la calle. El teatro, estilísticamente, era muy antiguo, muy casposo. En ese sentido, igual que España ha ido a cambiando, el teatro también.

¿Hay buen nivel de autores contemporáneos y con posibilidades de desarrollar una carrera estable? Hay una de las mejores generaciones de teatro porque la enseñanza teatral ha avanzado mucho. Por aquel entonces tampoco se veía en España teatro de fuera, sólo el Festival de Otoño. Eso se ha normalizado, y en la medida que se tienen otras referencias, el desarrollo profesional es mayor. Hay muy buenas generaciones de dramaturgos, de directores, actores... Pero lo difícil es poder tener una vida profesional en continuidad. Muchos están escribiendo para las televisiones. El tejido teatral no está a la altura de los profesionales, y una de las labores pendientes de las instituciones es estimularlo porque los proyectos carecen de apoyos en continuidad.

¿Qué significa hoy ser "alternativo" en teatro? La actividad se ha profesionalizado en todos los sentidos, ofrecemos mejor teatro, atención al público, formación en la escuela y la gente vive de su trabajo. Tenemos un 80 % de autofinanciación, la gran parte son ingresos directos, lo que nos permite un grado de autonomía alto. Si no tuviéramos subvención, no nos obligaría a cerrar pero los proyectos más arriesgados se quedarían más en el aire. Por otro lado, hay una cierta presión de la gente que espera nuestros montajes y esa expectativa creativamente condiciona. Hemos abierto el Espacio Teatro Contemporáneo, que es el ámbito de investigación como se hace en la ciencia, es decir, unos laboratorios que trabajan sin presión, probando cosas y cuando algo funciona sale al mercado. Cuando encontramos ciertas seguridades, pasan a la fase de producción.

¿Cuáles han sido los retos cumplidos? Queríamos vivir de nuestro trabajo, hacer un teatro que interesase a la gente y que entrase en el debate social, mantener un espacio de estas características y dar una atención adecuada al público. No seríamos lo que somos si no hubiéramos hecho el cambio de sala que nos permitió acceder a un público mucho más amplio, incorporar compañías invitadas, y artísticamente también el escenario es muy característico. El segundo punto fue Las manos porque interesó a un público mucho más amplio, la compañía hizo una gira muy amplia, salimos fuera de España. No es el mejor montaje que he dirigido desde el punto de vista creativo, pero sí el que más marcó la repercusión pública.

¿La programación de esta temporada es una celebración o la continuidad? Siempre tenemos poca perspectiva de lo que estamos haciendo, porque la actividad diaria es tan intensa que en lo que estamos es en resolver los problemas del día a día. Siempre está la idea de no repetirnos, no acomodarnos, no institucionalizarnos, es algo que está en nuestros genes y de hecho cuando planteamos el logotipo del aniversario es "25+" porque nos preocupa más volver a situarnos en un horizonte que nos haga ir hacia delante que el regodearnos en lo que ya hecho.

Texto: Mónica Caballero.

Foto: Imágenes del montaje Rebeldías posibles

 

Javier García Yagüe: 25 años de Cuarta Pared