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Miguel del arco. Ilustración Nuria Cuesta

 

Miguel Del Arco
El 4x4 de la escena

¿Miguel Del Arco? Taquilla asegurada. Y con razón: no suele discutirse la calidad de los trabajos de este autor, director y actor de teatro, cine y televisión. Con La función por hacer, su libérrima versión de Seis personajes en busca de autor, arrasó en los Premios Max 2011. Además, la temporada pasada subió a las tablas La violación de Lucrecia y Veraneantes, aún en cartel. En 2012 estrenará, De ratones y hombres, basada en la novela de Steinbeck.

Espectador, actor, guionista y director. ¿En algún orden? Supongo que al final uno se convierte en una mezcla de todo aquello a lo que se atreve... y a lo que no se atreve. Pero todo empezó en el deseo de ser actor. El actor siempre tiene en la cabeza la escritura y la dirección. Pero los dramaturgos y los directores no siempre tienen al actor en la cabeza, lo que me parece un error.

Está involucrado en más de un título por temporada. ¿De dónde saca tanto combustible? Soy un tipo bastante energético, pero aún así creo que me estoy dando el tiempo para preparar las cosas. Monté La función por hacer en 2009. En 2010 dirigí La Violación de Lucrecia y El Proyecto Youkali. En 2011 he dirigido Veraneantes y Juicio a una zorra. De ratones y hombres no se estrena hasta marzo de 2012. He dicho no a un gran número de los montajes que me han ofrecido precisamente para tener tiempo de reflexionar y preparar los que sí he decidido abordar. Yo necesito llegar a los ensayos muy preparado. Lo que pasa es que luego los montajes se han mantenido, afortunadamente, durante mucho tiempo y da la impresión de que estreno uno cada mes.

Hace un par de años montó Kamikaze Producciones con Aitor Tejada. ¿Qué tal les va? Aitor Tejada es mi amigo, mi socio, mi cómplice, mi hermano... Empezamos escribiendo juntos y cuando surgió la necesidad de abordar nuestros propios proyectos él se encargó de la producción y yo de la dirección. Pero Aitor dirige la producción desde un lugar absolutamente pegado a la creación artística. De hecho, generalmente, es también mi ayudante de dirección. Todavía hay mucho productor suelto que lleva a gala que la labor de la producción es decir no y poner palos en las ruedas.

El primer montaje de Kamikaze fue La función por hacer. ¿Ha sido su proyecto más ambicioso? Desde luego era muy ambiciosa la perspectiva de juntar a un grupo de excelentes actores y convencerlos de que se pusieran a ensayar con un tipo al que la mayoría ni conocían, un espectáculo muy complicado, sin lugar de estreno (ni perspectiva de tenerlo), en los ratos libres que pudiéramos encontrar y sin dinero para pagarles más allá de los ensayos.

Muchas de sus obras tienen un contenido social, como El proyecto Youkali (2010), una obra utópica sobre el drama de los refugiados que escribió y dirigió. ¿El teatro es un buen lugar para expresar la insatisfacción y la utopía? El teatro es un buen lugar para expresar cualquier cosa que tenga que ver con el ser humano.

Tiene en gira La violación de Lucrecia, basada en un pomea de Shakespeare, donde dirige a Nuria Espert. ¿Impone dirigir a un mito? Impone, y mucho, sobre todo antes de conocerla. Pero tras la primera entrevista surgió el amor y eso lo facilitó todo. Nuria Espert es la personalidad de teatro más apasionante que me he encontrado en mi vida. Por su visión de la profesión, su capacidad de riesgo, su disciplina, su entrega, su generosidad, su humor. Amo a Nuria Espert.

¿Al público le gustan tanto los clásicos como los textos actuales o más vale adaptarlos? Yo creo que al público (del que me considero parte) nos gustan las buenas historias. Es asunto del que cuenta la historia decidir la forma en que quiere hacerlo. Decidir lo que le gusta o no le gusta al público es generalmente una (improductiva) actividad que desarrollan personas que no cuentan historias.

En primavera estrenó, como director, Veraneantes, una adaptación suya de la obra maestra del dramaturgo revolucionario Gorki, donde los protagonistas se enfrentan al abismo de sus frustraciones. ¿Tenemos pendiente alguna rebelión? Basta con comparar el mundo de Gorki cuando estrenó su función en 1904 y nuestro mundo. Hemos progresado poderosamente en cuestiones técnicas pero seguimos sin aprender a respetar a nuestro vecino. Gorki hablaba de la necesidad de emprender uan revolución cuya máxima aspiración fuera la dignididad del ser humano. Acabar con la injusticia, la desigualdad, la guerra... Cien años después seguimos teniendo esa revolución pendiente.

Esta obra ha sido un taquillazo en Madrid, como también lo fue La violación... Si a esto sumamos que ha arrasado en los Max de 2010 con La función..., ¿qué tal la autoestima? Yo intento reírme de mis inseguridades y me pongo a trabajar. Lo que es fabuloso es poder elegir. Ahora tengo una cierta libertad para pensar en qué me apetece montar. Es como la alegría que descubrí al escribir la versión de Veraneantes: por primera vez en mi vida no escribía por encargo o "por si acaso". Escribía sabiendo que lo que estaba imaginando tenía fecha de estreno. Esto marca una diferencia abismal.

También ha participado en musicales. Actuaba en Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré (Premio Max 2001). ¿A qué se debe que estén tan de moda? La música es un vehículo directo a la emoción. Me he divertido enormemente haciendo musicales y en algún momento espero dirigir alguno. Lo que no me gusta es que por el hecho de que sea "un musical", la historia deba ser estúpida o los actores flojos con tal de que canten bien. Me pasa lo mismo con la ópera. No consigo conectar con un persona si el actor que lo interpreta no es bueno aunque su voz sea prodigiosa. Prefiero ponerme el CD.

Con Internet, ya no necesitamos movernos de casa para conectarnos con el mundo. Pero la conexión que permite el teatro no es virtual. ¿Tendrá que redefinirse? En absoluto. Precisamente este momento álgido del teatro (artísticamente hablando) tiene que ver con esa necesidad de aquí y ahora. Algo que te puedes descargar, que no te puedes llevar en el móvil, que existe solo mientras lo estás mirando y en las sensaciones que te deja, y que, sin embargo, es más tangible.

La tele le debe los guiones de bastantes series como la Lalola (2008). ¿Qué le aporta este medio? ¿Quién manda en la programación televisiva? Para mí la tele ha sido una escuela formidable. Me dio las herramientas para desarrollar la escritura, para la que siempre he sido perezoso. En la tele tienes que escribir porque tienes una fecha de entrega. Se escribe rápido y, necesariamente, mal. Es imposible hacerlo de otra manera con el sistema de producciónn que impera, pero el ejercicio te forma. Las decisiones "artísticas" en la tele (española) casi siempre son secundarias. Manda la cadena y su necesidad de aumentar la audiencia (y se opina como su supieran exactamente cómo se hace eso) y manda la productora (casi siempre para recortar presupuestos y tiempo). Es evidente que con esas premisas los resultados "artísticos" se resienten. Creo que hay muchos y buenísimos guionistas en este país. Se nota mucho en el resutlado final cuándo los guionistas han tenido el tiempo suficiente para madurar una historia y cuándo han estado involucrados en las decisiones de producción. Afortunadamente empieza a haber productoras que lo saben.

¿Alguna vez ha participado en algún proyecto en el que no creyera? Como todos. Pero pienso que en esta profesión, hasta cierto punto, es mejor hacer que no hacer.

Ha­­ dirigido cortometrajes como Morirdormirsoñar (2005) , Palos de Ciego Amor (2002) o La envidia del ejército nipón (2001). ¿Es más difícil montar un proyecto de cine que uno teatral? Los tres cortometrajes que he dirigido fueron relativamente duros pero asequibles para nuestra precaria economía. Levantar un proyecto de largo ya es otro cantar. Un montaje de teatro lo puedes abordar desde lo esencial: actores y texto. Para el cine necesitas muchas más cosas e involucrar a más gente. Y quien diga que es capaz de rodar una película con 6000 pavos, miente. A no ser que no des a nadie de alta ni de comer, te presten todo el equipo de rodaje y te regalen la postproducción.

¿Qué tal se lleva el teatro con los políticos? Los políticos, sobre todo cuando están en el poder, se llevan con todo aquellos que los cuestiona o los pone en evidencia. Y el teatro en ese sentido puede ser muy eficaz. Ahora estamos en un momento muy delicado. Se habla (hasta el hartazgo) del buen momneto teatral que vivimos, pero son las diferentes administraciones públicas las que parecen dedicadas a bombardearlo. No hay una compañía o productora en este país a la que una administración pública no le deba dinero. Las compañías de teatro no podremos aguantar mucho más esta situación. Es algo que se me escapa. ¿Quién controla a estos señores? ¿No contrataron espectáculos basándose en un presupuesto? ¿Dónde está ese dinero? ¿Por qué contrataron una cosa que no podían pagar? ¿Si yo hiciera una cosa parecida no iría a la cárcel por estafador? Luego se asombran de la gente se eche a la calle... Demasiado callados estamos.

Texto: Antía Covas. Ilustración: Nuria Cuesta.

Veraneantes, desde la obra de Maxim Gorki, hasta el 20 de octubre y Juicio a una zorra de y dir. M. del Arco del 2 al 20 de noviembre, ambas en el Teatro de la Abadía de Madrid.

De Ratones y Hombres, en el Teatro Arriaga de Bilbao del 8 al 11 de marzo.

El inspector, de Nikolai Gogol, dir. y vers. M. del Arco del 4 de mayo al 17 de junio de 2012 en el Teatro Valle Inclán de Madrid.

La violación de Lucrecia de W. Shakespeare, dir. M. del Arco. Del 6 al 23 de octubre en el Teatre Lliure-Gràcia de Barcelona.

 

Miguel Del Arco: El 4x4 de la escena