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Núria Gomà. Libertad sobre las olas
 
Por Rebeca Queimaliños
 
Núria Gomà es la ganadora del concurso convocado hace seis meses en nuestro Calendario de La Cultura. Buscábamos 'Espíritus Libres' en conjunción con la cerveza Sol, dentro de su campaña homónima. Esta apoya a personas que han cambiado su vida, apostando todo a conseguir hacer realidad su proyecto vital
 
Dos sensaciones. El vértigo de lanzarse al vacío y el presentimiento de sobrevivir a un incendio virtual que había carbonizado su autoestima y amenazaba con calcinar su vida. Esa noche regresó el insomnio y los sudores fríos. Era su treinta cumpleaños. Se despertó, sentó a sus padres en el salón y escupió la noticia: no trabajaría más en el banco, y utilizaría los ahorros para financiar su primer mundial en la modalidad de Kite Surf. 
 
Núria Gomà (Sabadell, 1979) responde al teléfono desde Ibiza. Concretamente desde el yate de unos multimillonarios que la han contratado para que les enseñe Kite Surf. 'Es irónico, renuncié a una vida de consumismo salvaje y ahora, en ocasiones, me contrata gente que solo tiene dinero para disfrutar de su escaso tiempo de ocio. El punto de inflexión fue en el año 2009. La soledad sobrevino al shock, pero luchar a contracorriente era la única fórmula contra la frustración. Núria decidió dejar su trabajo tras diez años de vida estable y buscar el futuro en eternas puestas de sol.  
 
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Tras naufragar en el desierto, empezó a surfear la arena: 'Los primeros meses fueron felicidad absoluta. Viajé a Brasil para empezar a entrenar y me inscribí en la primera competición. Los buenos resultados fueron mi adrenalina'. El deporte había sido una constante en su vida, pero no había hecho Kite Surf hasta los 24 años. Así que el riesgo era alto.
 
'Suena a tópico. Pero la clave es no tener miedo. Si realmente tienes una pasión, llegas hasta ahí. No importa las vueltas que tengas que dar o que el vértigo, en los peores momentos, te cale hasta los huesos. La única fórmula infalible es seguir luchando'. Gomà gastó los ahorros en financiar su primer mundial. Vendió su furgoneta para poder competir en el segundo mundial y, cuando no le quedaba ni aliento ni presupuesto, acompañó a una amiga a un casting para un anuncio de un coche y la eligieron a ella.
Fue un soplo de aire. Siguió compitiendo y, en diciembre de 2013, tras superar una rotura de ligamento, se situó en la tercera posición del ranking mundial. A pesar de ese puesto, no tenía dinero ni para comprar el billete a la primera competición de 2014. Un trabajo de coaching en la Patagonia le permitió recuperarse y seguir la lucha por el ranking. Y pese a todo, no hay un solo nanosegundo en el que sienta morriña por el horario de oficina. 
'Trabajaba de 8 a 20 horas. Y sentía pánico a despertarme un día, mirar atrás y pensar que mi vida se había esfumado en una oficina. Solo hay una cosa que no puedes comprar con dinero: el tiempo. Y es lo único que existe'. 
 
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El 'campo base' de Núria Gomà es Barcelona, pero siempre está de viaje. Planea por su cabeza presentarse a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el sueño de todo deportista: 'si no logro asistir como atleta, igual como entrenadora'. Y ha comprado con su pareja una casa en Brasil, en la que vive tres meses al año y funciona como Bed&Breakfast. Es profesora de Kite Surf y coaching. Trabajos que le permiten seguir en la competición y seguir su nuevo estilo de vida: 'Quiero que cada día termine en una puesta de sol'. Sigue su lema: 'Just one life' (una sola vida).  
 

Libertad sobre las olas