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PICO PAO

La poética del juego 
 
Pico Pao es una pequeña empresa familiar localizada en un pequeño pueblo de Zamora, Lubián, en los montes fronterizos con Portugal. Este taller artesanal eleva la idea de juego de una manera clásica y a la vez reinventada. Hablamos con Pablo Carrascal, miembro de su equipo. 
 
Han llegado realmente lejos. Quizá porque el Pico Pao vuela: 'es como llaman al pájaro carpintero en la región de Tras os Montes, en la frontera entre Portugal, Galicia y Zamora, donde se creó el primer taller. Y que aún se ven pasar de vez en cuando y que emiten ese sonido tan peculiar'. 
Entre otros lugares, sus creaciones se pueden comprar en la tienda del Museo de Arte Moderno de Nueva York, entre tazas tipográficas, cuadros firmados por Marina Abramovic o móviles al más puro estilo Calder; pero también en muchos países de Europa, en Hong Kong o Japón.
 
Su proyecto nació hace más de 30 años: "en un pequeño pueblo de la alta Sanabria, nuestros tíos, Javier y Miguel Bermejo crean un taller donde dar forma a todas sus ideas. Por aquel entonces se dedican a crear telares, máquinas de fotos 'minuteras' que utilizaban los retratistas callejeros y juegos de madera, inspirados en un libro que llegó a sus manos, con juegos de diferentes partes del mundo'. 
 
Ofrecen dos colecciones, una llamada Juegos de la Antigüedad, 'que reúne juegos clásicos, desde el Parchís, al Juego del Ur (el juego de mesa más antiguo conocido), cuyo tablero se inspira en uno actualmente expuesto en el Museo Británico y que fue hallado en las pirámides de Egipto, pasando por el Rummy, Las Damas Chinas, La Oca… y por otro lado, Ludus Ludi, que engloba juegos de creación propia. Basados en que no hay reglas, son juegos libres, con la idea del equilibrio detrás de ellos. Puedes jugar solo o acompañado y el reto lo creas tú y la inestabilidad aparente frente a la gravedad'.
 

Entre ellos está el de Las escaleras: 'símbolo del paraíso perdido e inalcanzable. Nos atraen porque nos permiten subir a las alturas, trepar como lo hacíamos en aquella otra vida, cuando éramos monos. Subir, subir, parece una aspiración en sí misma. Las frutas cuelgan de ramas demasiado altas. Un laberinto de escaleras en el aire, en sí mismas ramas y árboles, caminos hacia puntos invisibles, hacia frutos transparentes'. Tras estas palabras se revela un divertido juego de construcción, basado en la idea de equilibrio, que puede ser un reto personal o en grupo. 
 
Y es que a sus juegos les distingue 'la experimentación, la libertad, para nosotros el juego es parte del proceso', afirma Pablo. Las ediciones están fabricadas de forma artesanal con materiales de primera calidad y diseño esmerado, denotando solidez y detalles, que hacen de ellos objetos con valor en sí mismos, atendiendo a razones estéticas, que más allá de ser pasatiempos, constituyen, además, preciosas piezas decorativas.  
 
 

Pico Pao