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AYALA SERFATY
Inspiración marina
 
Por Tere Vaquerizo · Foto: luminarias de Ayala Serfaty
 
Aunque parezcan recién llegadas del espacio exterior, las piezas de esta artista multidisciplinar israelí están inspiradas en nuestra naturaleza marina y terrestre. Obras de arte que son a la vez luminarias y piezas de mobiliario. Todo un ejercicio de funcionalidad, diseño y expresión artística
 
¿De qué manera ha influido el mar en tu trabajo? Siempre me ha fascinado. Primero, porque la vida en nuestro planeta fue creada en el agua, y segundo, porque ya desde los años 90, cuando hice mi transición de las Bellas Artes al arte más relacionado con el diseño, el mar, sus imágenes, su mitología y simbolismo generaron los cimientos de mis obras. Los fenómenos marinos me inspiraron muchísimo en mis comienzos.
 
Durante un tiempo estudiaste en Londres, pero finalmente volviste a Tel Aviv, ¿de qué forma te inspira esta ciudad? Tel Aviv es, ante todo, mi hogar. Uno no puede elegir el lugar donde nace, como tampoco puede elegir a su familia, pero tengo la suerte de amar mi ciudad. Me siento en casa aquí, y sentirme como en casa es fundamental para mi trabajo. Además, es un lugar especial. Es una ciudad muy nueva, construida por los inmigrantes desde cero, su historia se remonta a sólo 100 años, no tiene tradición, pero tiene la mejor arquitectura moderna. Es informal y enérgica de una manera que encaja a la perfección con mi temperamento. Es muy acogedora, tiene buen clima, y el mar está a diez minutos a pie de mi casa.
 
Aunque tus piezas son obras de arte, también son funcionales, ¿cuál es tu intención cuando las creas? Lo que intento es precisamente conseguir la conjunción de ambas cosas. Todas mis sillas son confortables, las luminarias proporcionan una luz cálida y suave… No son solo obras para mirar, también se pueden disfrutar. Me encanta el reto de la funcionalidad, tanto como el desafío que supone hacer una obra de arte, pero sobre todo me gusta poder unir ambos mundos.
 
¿Se podría decir que en tus obras hay una parte planeada y otra parte improvisada? Los aspectos relacionados con la función y el diseño general suelen estar bien planificados, pero cada pieza está hecha a mano en un trabajo que dura muchas semanas, y por eso cada una de ellas se crea permitiendo que los materiales y las manos sean libres y vayan dejando su huella en el resultado final.
 
Una vez que tienes una idea, ¿cómo decides con qué materiales realizarla? En mi caso lo primero que elijo es precisamente el material, las ideas surgen a partir de éste. Mis materiales favoritos son el vidrio y el fieltro, por la gran cantidad de cualidades que tienen.
 
Soma, una de tus series más populares, continúa evolucionando… ¿cómo ha sido esta evolución desde el inicio hasta ahora del diseño de esta luminaria? Su evolución es constante, y no va en ninguna dirección específica. Hacemos solo unas pocas piezas cada año, trabajando varias semanas en cada una de ellas. Cada vez que empezamos una nueva pieza tenemos una experiencia distinta, y el proceso es ligeramente diferente. 
 
¿De cuál de tus piezas te sientes más orgullosa? La verdad es que una de las piezas que más me gustan es la que realicé para el Oceanografic, en Valencia. Lo visité de nuevo el año pasado y me sentí muy feliz de ver lo bien que se relaciona con el espacio interior.
 
¿En qué piezas nuevas trabajas? Desde hace unos años las galerías suelen preferir exponer nuevos trabajos en las ferias internacionales. Las nuevas piezas que estamos haciendo ahora se mostrarán el próximo otoño en London PAD y en el Salón de Arte y Diseño de Nueva York. También estoy haciendo trabajo en vidrio fundido a gran escala. Si todo va bien lo presentaré en 2018.    
 

Llévate el mar a casa