<
>
 
DARÍO FACAL
Corazón de explorador
 
Por Paloma F. Fidalgo · Fotografías Jerónimo Álvarez
 
Hace tiempo que, como (prolífico) director de escena, Darío Facal (Madrid, 1978) destaca por explorar las posibilidades del teatro y su futuro, con propuestas conceptuales, muy plásticas y viscerales, que a veces mezcla con otras disciplinas como la performance o el videoarte. Una versión 3D de El sueño de una noche de verano, Las amistades peligrosas elevadas al punk, El Burlador de Sevilla en modo road movie… 'En realidad, no tengo una motivación vanguardista ni pretendo sorprender, mi estilo es una consecuencia de cómo leo una obra, y busco su esencia para comunicarla de la manera más honesta posible', explica este internacionalizado dramaturgo (es frecuente su presencia, junto con su compañía Metatarso, en festivales y teatros de Perú).
 
'Admiro el riesgo en el escenario, incluso aunque la propuesta pueda fallar'. Este 2018 traslada su filosofía al Corral de Comedias de Alcalá, del que, tras la estrepitosa dimisión de Fernando Sánchez- Cabezudo, ha sido nombrado director, junto con la también directora Carlota Ferrer (El Escorial, 1977), que pasa, así, a integrar el club, incomprensiblemente diminuto, de mujeres al frente de teatros españoles. Esta gestión conjunta podrá considerarse un éxito si consiguen 'ubicar en el mapa este espacio, convertirlo en el lugar de referencia que merece ser, es uno de los corrales de comedias más antiguos de Europa, una experiencia muy especial pero bastante desconocida', explica el director.
 
Además, entra en sus planes convocar a públicos distintos con un menú de cartelera que apueste por lenguajes escénicos novedosos. 'Es necesario el diálogo, la convivencia entre todo tipo de montajes, abrirnos a nuevos lenguajes que no siempre han tenido hueco en nuestra realidad cultural'. Se pretende, así, asumir desde un teatro de gestión privada el riesgo y la responsabilidad de que todos los creadores 'tengan un espacio, dar una oportunidad como la que me dieron a mí, en su día, en Escena Contemporánea o Teatro Pradillo'.
 
Una manera de entender su profesión, la de apoyar a los nuevos creadores, que Facal también proyecta en su dedicación a la enseñanza, tiene su propia escuela de Arte Dramático, Work in progress. 'Creo que ser profesor de actores tiene mucho ver con la admiración que tengo por ellos', analiza, y 'la enseñanza me hace crecer, es un círculo donde das y recibes'. Por fortuna ya va habiendo, a juicio de Facal, varios teatros españoles apostando por un teatro rompedor, 'menos literal, más europeo', por ejemplo, los 'Teatros del Canal con la programación que le ha dado Rigola'. Precisamente en ese escenario, Facal estrenará este abril una versión de El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.
 
'Para mí, es tener la oportunidad, una vez más, de enfrentarme con un clásico, y poder reflexionar sobre uno de los temas más oscuros y lamentablemente vigentes de nuestra sociedad, que es la dominación del hombre por el hombre, el abuso de poder, de Occidente sobre otras regiones del mundo en función de sus intereses económicos'. También abordar un sanguinario 'genocidio lamentablemente silenciado y olvidado', desde el que podemos 'reflexionar sobre los genocidios actuales'. Quizá la moral, que ya estaba en sus montajes de Las criadas o La duda, sea recurrente en el arte de Facal.
 
'Me atrae el conflicto entre el bien y el mal, que suele incluso habitar dentro de nosotros mismos. Aunque, para mí, el teatro es lanzar preguntas para que el público busque sus respuestas, no puede ser moralista. Y si la obra es controvertida, incómoda o sacrílega, no puedo dulcificarla'. Entre los imperdibles que Facal se reserva para este 2018 está la nueva obra de Pablo Remón en Teatro Kamikaze, 'creo que es el mejor escritor español actual'. Y recomienda ver 'Vania, de Rigola, en algún momento de su gira'.  
 

Darío Facal. Corazón de explorador