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Juschka Weigel

Juschka Weigel

Inspiración Corporal

El bagaje de la coreógrafa alemana Juschka Weigel atraviesa el mundo: Alemania, Nueva York, Indonesia, Japón, España... quizás de ahí venga su habilidad de hipnotizar al público, de escribir con el cuerpo, de hablar a través del movimiento, de contorsionar el alma. Desde 2005 dirige junto con Miguel Muñoz la compañía InthisSection, un espíritu joven pero cargado de experiencia, con ganas de romper lo establecido e inventar un nuevo lenguaje hecho de piel.

Ahora estáis trabajando en un nueva pieza, ¿en qué consiste? Estamos creando una obra realmente grande. -Der Blick des Anderes-.  En la danza clásica es muy normal piezas de veinte personas, pero ¿por qué esto no se da en la danza contemporánea? La idea es trabajar con veinticinco personas de la calle, de tres generaciones diferentes, y cinco profesionales que hacen la coreografía y viajan de ciudad en ciudad y trabajan con la gente de esa ciudad. La misma coreografía, el mismo concepto, pero con gente diferente en cada lugar. Será completamente distinto hacerlo en Berlín que en Lisboa, y ahí está el gran interés, ver que pasará.

En cada nueva pieza, ¿qué desechas y cuáles son tus constantes? Hay movimientos que realmente me gustan, con los que me identifico, y a los que es difícil decir que no, pero siempre investigo nuevos. También hay un desarrollo del cuerpo y de la mente, por ejemplo el solo Life is too short to dance with an ugly man, tiene alrededor de seis años, y ahora, cuando lo realizo, ya no tengo la misma mentalidad, ni siquiera el mismo cuerpo, me siento como me sentía entonces, pero ya no es más el mismo. Hay movimientos que ya no son posibles y otros por los que ahora me siento atraída, diría que, en general, estoy desarrollando cada vez más movimientos cotidianos, y me alejo de los más artificiales.

Has estudiado danza en Indonesia y danza Butoh con la maestra Furokawa ¿Qué diferencias hay en la danza entre occidente y oriente? La maestra Furukawa, decía que la esencia del Butoh es la misma que en el Ballet o que en cualquier otra danza, antes no lo comprendía pero cada vez lo entiendo mejor, cuando veo a un gran bailarín de flamenco, por ejemplo, me doy cuenta de que no es tan diferente. Para mi también fue muy importante el aprendizaje en Indonesia, tenía una mentalidad occidental: "tengo que ser muy buena y trabajar en esto", pero para ellos era diferente, tienes todo el tiempo del mundo, el concepto de tiempo es muy distinto, y ahí radica su poder. En Indonesia tuve mucha inspiración, ellos bailan con los ojos, con los dedos, hay movimientos que yo no soy capaz de hacer, así que traduzco eso a mi lenguaje corporal occidental.

¿Crees que el cuerpo tiene algún límite de expresión? No, creo que desde que me quedé embarazada y tuve un hijo todo es posible, porque de alguna manera, yo no estaba haciendo nada. También aprendí del mundo asiático, donde a veces hay gente muy anciana que baila: nosotros también tenemos la capacidad de hacerlo, es nuestra mente la que no está preparada, pero el cuerpo no tiene límites. Durante el embarazo me quede muy impresionada sobre lo que el cuerpo puede hacer, antes pensaba en todo lo que yo podía hacer con mi cuerpo, pero esto fue algo en lo que yo no hice nada, y fue súper agradable y relajante. Ahora confío más en el cuerpo.

¿Cuál es tu parte favorita del cuerpo? Creo que me encantan los culos, pero de los niños, de los hombres, de las mujeres... siempre los miro, puede que sea una mezcla entre los traseros y las caras -risas.

Texto: Laura Aragoneses. En la imagen, Juschka Weigel 

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