|
Jordi Hurtado. Revisando el clásico
Por Paloma F. Fidalgo. Foto: Jordi Hurtado
El saber sí ocupa lugar: el de La 2 a la hora de la sobremesa, cuando se emite de lunes a domingo 'Saber y ganar', un clásico de la parrilla que se estudia en las universidades como fenómeno televisivo. No en vano, acaba de cumplir 17 años ininterrumpidos en antena. Hablamos con su carismático presentador, Jordi Hurtado, que sin duda constituye una de las claves del éxito del espacio.
Enhorabuena por convertir a 'Saber y ganar' en un clásico de La 2. Parece que la cultura sí le interesa al público, sí 'vende'. Si está bien divulgada, y, por supuesto, entretiene, claro que sí. Saber y ganar tiene unos picos muy altos de audiencia, se ha mantenido diecisiete años en antena emitiéndose a diario y en la misma franja horaria, a los miembros del equipo la gente nos para la por la calle para hablarnos con muchísimo cariño... Yo creo que la clave está, por un lado, en hacer las cosas bien, con ilusión y sin bajar la guardia pero conservando un formato que funciona evitando experimentar con demasiado riesgo sobre él.
Y por otro, en ofrecer un contenido exclusivo: nuestro programa es amable, divertido sin llegar al espectáculo, y abordamos unos contenidos culturales de interés con una profundidad que no se alcanza en otros programas de televisión.
¿Cómo se imagina al espectador al otro lado de la pantalla? Me lo imagino jugando con nosotros. Siempre intento transmitir familiaridad y animarlo a que juegue desde casa, y yo creo que lo hace. Incluso tenemos ciertos trucos para que no desista ante el nivel de los concursantes. Por ejemplo, la prueba 'Nombre oculto' exige mucha rapidez, así que tardamos un poco en desvelar las respuestas de los concursantes para que el espectador no se frustre si no acierta enseguida.
Hay gente que hace de concursar no una profesión pero casi un modo de vida, rotando por concursos de varias cadenas. Sí, ha habido muchas personas que han participado primero en 'Saber y ganar' y luego en espacios de otras televisiones. Con nosotros se entrenan y con la competencia se forran.
Perder es un resultado, el fracaso es un sentimiento. Usted anima y consuela a los concursantes, ya le podrían dar el título de Psicología... Sí, a mí y a todo el equipo del programa. La adrenalina es buena pero los nervios a veces bloquean, intentamos recordarles a los que participan que esto es solo un concurso, un juego, para que se sientan a gusto, y darles algunos consejos para que todo vaya bien. Toda una labor, teniendo en cuenta que ya el primer programa puede ser el más estresante.
A veces, el colegueo entre concursantes trasciende en amistad más allá de las cámaras. Así es. Hay, por ejemplo, un grupo de ex concursantes, en el que están Jero Hernández o Javier Puerto, que viajan juntos, e incluso cuelgan las fotos de sus andanzas en el Facebook del programa.
Hablando de cantidad de espectadores: pese al éxito del concurso, ¿lo presionan a usted con los índices de audiencia? La verdad es que no tenemos una preocupación excesiva. Nuestros baremos de audiencia son los de La 2, de la que somos el programa más visto, y además tenemos una cuota de pantalla altísima.
¿Algún momento de estos años que lo haya marcado? La primera vez que un concursante superó 100 programas consecutivos. Fue José Manuel Dorado, que no podía ni hablar por la emoción. También disfruto cada final de temporada con la tanda de programas especiales que dedicamos a los que denominamos 'Magníficos', los concursantes que han superado en el año que termina los 7.000 puntos.
¿Cuál es la pregunta más difícil que recuerda de las que han hecho en el programa? Me resulta más sencillo hablarte de concursantes que, para mi sorpresa, contestaban correctamente preguntas que no me esperaba que supieran por lo difíciles que eran. Víctor Castro o Rodrigo Gómez han sido algunos de ellos.
La televisión pública tiene bajos premios, sin publicidad, pero usted no renuncia a ella. Acabo de hacer un anuncio para Beefeater con Juanra Bonet. Es una campaña online, un formato publicitario que me interesa muchísimo porque permite interactuar con el consumidor, en la que interrogamos sobre la ginebra más premiada del mundo (Beefeater). Me parece delicioso que se hayan sumado a un formato tan cultural, sirviéndose de concursos típicos de preguntas y respuestas. Aunque lo que hace Juanra es más difícil que lo mío, ¡él lo hace en plena calle!
|
