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Crítica gastronómica. De lo ácido a lo dulce (I): Yanet Acosta

Tres conocidas firmas, que guían nuestros paladares en la prensa española con informaciones y críticas gastronómicas, nos abren la trastienda de su profesión: Mikel López Iturriaga, más conocido como El Comidista por su blog en elpais.es; Yanet Acosta, presidenta de la Asociación Española de Prensa Gastronómica y autora del libro Noches sin sexo; y Cristino Álvarez, más conocido por Caius Apicius, crítico de cabecera de la Agencia EFE y Premio Nacional de Gastronomía.

¿Los periodistas y críticos gastronómicos que hay en España están a la altura de los cocineros de renombre que tenemos? Ni toda la cocina ni toda la prensa está a la misma altura. En ocasiones creo que los periodistas gastronómicos deberíamos aprender de la modestia de los hermanos Roca, de la generosidad de Ferran Adrià, de la alegría de Paco Roncero, de la sutileza de Carme Ruscadella y de la honestidad de Pepe Solla.

Eres periodista gastronómica y mujer. ¿El gusto tienen género? Hay buen gusto y mal gusto, sea el de un hombre o el de una mujer.

Tu especialidad son los viajes. ¿Qué es lo más raro que has comido y dónde? China es un país fascinante para ver la alimentación de otra manera. Allí puedes tomar desde los huevos de los mil años (huevos fermentados que a ojos de un europeo están podridos) hasta carne de serpiente o capullos de gusanos de seda. Sin embargo, lo más impactante fue un pulpo vivo en Corea del Sur. Lo más delicioso, en México, los escamoles, huevas de hormiga.

Acabas de publicar Noches sin sexo. Por el título, ¿es la segunda obra erótica que publicas, tras No hay trabajo bueno? No es erótica, aunque sí podemos decir que muy sensual. Se trata de un libro de relatos ilustrado en el que combino narraciones breves con microrrelatos para dar luz a las sombras y miedos que nos persiguen, aprovechando el humor negro o la intensidad de aromas y sabores, algunos buenos otros no tantos.

¿Existen los alimentos afrodisíacos o son un mito?¿A ti cuál te funciona? ¡A mí muchos! Cada uno puede buscar su propio afrodisíaco y encontrarlo es todo un placer.

¿Qué menú escogerías para una cita romántica? Depende de quien fuera el invitado. Recuerdo en una ocasión que preparé una raya a la mantequilla negra con vino de Sauternes y el invitado se marchó casi huyendo. Sin embargo una pasta con tomate seco y albahaca me dieron un éxito inusitado en otra ocasión, aunque el invitado al marchar (al día siguiente, por supuesto), me dijo que le tenía que volver a hacer unos macarrones con chorizo como los de la noche anterior.

Si te pago un viaje para que me lleves al mejor lugar del mundo en el que hayas comido, ¿dónde nos vamos? A Tailandia, a un bar de noodles y mariscos con mesas a la orilla del mar en una de sus islas, o a Goa, a tomar un cremoso curry de pescado en un restaurante donde llegan las olas del mar.

¿Y si te pido que sea en España? A un pequeño restaurante donde bate el Atlántico en Buenavista, Tenerife. 

¿Se hace política con la gastronomía? La política más sutil es la que se hace con la gastronomía. Política es cómo se alimenta el ganado y política es también promover la casquería en la posguerra, cambiar el nombre de la ensaladilla durante el franquismo y promover el consumo de margarinas vegetales y otras grasas por encima de la procedente del aceite de oliva. Todo esto lo hemos vivido y es tan soterrado y tan oscuro como los intereses económicos y políticos que nos intentan someter.

Texto: Paloma F. Fidalgo. Ilustraciones: Nuria Cuesta.

De lo ácido a lo dulce. Critica gastronómica (Yanet Acosta)