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Daniel G. Andújar. Provocar sin pretensiones

Por Beatriz G. Corredera · Imagen: Not found, 2014. Impresión digital. Cortesía del artista.

Es uno de los mayores referentes del 'net-art' de nuestro país. Hablamos con él con motivo de la presentación de Sistema Operativo, su primera exposición en el Museo Reina Sofía. Una exhibición en la que reflexiona, con ayuda de las nuevas tecnologías, sobre el acceso a la información en la sociedad contemporánea.

Podemos leer sobre Daniel García Andújar (Almoradí, Alicante; 1966) que es 'artista visual', 'activista, 'teórico del arte', además de ser 'uno de los principales exponentes del Net art. Pero se desmarca de las etiquetas. 'Yo digo que activista es un participante de la política, del contexto político, y no me gusta que por ser artista me pongan esa etiqueta porque luego hay gente, por ejemplo mi hermano, que es realmente activista, que le dedica muchísimo tiempo.

También me molesta mucho cuando hay artistas o actores culturales que de alguna forma la utilizan para ganar visibilidad o reconocimiento social. Además, creo que la actividad política y social comunitaria debería tener algo de anonimato, es decir, tú participas porque te lo estás creyendo, porque formas parte de un proceso colectivo político en el que tú crees que la manera de transformar la sociedad es participar o generar esa idea activista contra el sistema'.

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Se da el caso, por ejemplo, de que su obra Democraticemos la democracia surgió dos semanas antes de que la gente se instalara en las plazas durante el 15M, aunque el proceso ya llevaba tiempo desarrollándose. Y me decían, 'parece que tienes una bola de cristal y que te has adelantado y has creado el eslogan', y eso no me gustó del todo, y no he vuelto a realizar los vuelos que hacía durante ese proyecto porque no me gusta ser oportunista'.

A propósito de su actual exposición en el Reina Sofía opina que lo complicado de su conceptualización fue 'encontrar el hilo', para mostrar tantos trabajos. No todos están en las salas: 'Hay proyectos que son páginas web, que van a estar abiertos al público, que no hace falta ni venir al museo para verlas, de hecho son páginas que se dinamizan con Twitter o Facebook y que mucha gente no sabe ni que son de un artista.

Son proyectos que están en proceso y hago una instalación diferente en cada lugar'. Lugar, que influye a la hora de plantear cómo mostrar su trabajo: 'En Corea la misma palabra que se utiliza para rojo se usa para enemigo, porque el rojo hace referencia al norte de Corea, entonces allí no puedes poner la pared roja que pones es otros lugares porque la gente se desmaya'.

Trata de acceder a nuevos públicos, incluido el más joven, a través de nuevas herramientas: 'estoy bastante en contra de que las escuelas de Bellas Artes incidan demasiado en las disciplinas del siglo XVIII, cuando realmente con cualquiera de las herramientas de nuestra caja de artista puedes expresar lo que quieres. Cada trabajo tiene una manera de formalizarse.

Si tratas, como yo he hecho, por ejemplo, el lenguaje de los videojuegos, hay generaciones que lo ven super accesible, incluso no lo identifican como un objeto de arte si no más bien como algo que pertenece a la industria del entretenimiento y se identifican más, incluso les hace pensarlo como algo más al estar fuera de su contexto, y ven cosas que no se han parado a pensar'.

A propósito de las posibilidades de los artistas jóvenes es claro: 'Es una vida de sacrificios', y el momento actual no ayuda: 'que no haya leyes de mecenazgo que fomenten directamente los procesos culturales lo hace más difícil'.

Su opinión sobre el estado actual del arte contemporáneo español y de las industrias culturales pone el énfasis en dos aspectos, el primero el modelo del que partimos: 'Hay mucho intervencionismo político, hay muchísima falta de libertad sobre determinadas cosas, hay censura, pero no una censura impuesta como se entendía en el franquismo, si no que es más bien censura en el hecho de conceder subvenciones o quitarlas en el momento en que se va a hablar de temas que pueden ser polémicos'.

El segundo, el sistema educativo: 'Un sistema que está cambiando porque sus modelos lo están haciendo y el acceso a la información y a la documentación pedagógica es diferente, y también porque se generan problemas desde la propia crisis general a la hora de no entender que el futuro de una sociedad tiene que pasar por los procesos culturales y sobre todo por la educación. Sin educación no tenemos futuro'.

Provocar sin pretensiones