<
>
La puerta, tal vez
 
Editorial Rubén Arribas · Imagen Intervención de Antonyo Marest 
 
Han llamado a la puerta, es un poema. / Ábrele, tal vez sea la vida, /que en esta esquina de su viaje / augura una corriente de aire. / Si es el destino, quién lo sabe. 
 
Deja entrar a las metáforas / que trae cargando a sus espaldas, / que, aunque haga frío y vengan de la noche negra, / tal vez hayan atravesado el tiempo para morir a tu orilla. 
 
Haz de la puerta un libro con las piernas abiertas. /No preguntes. No tiene cara, ni ojos, ni edad lo que susurra. / Salió temprano de la bruma de la montaña, del árbol, del perro, del anciano, /tal vez del agua que corre por debajo de la tierra seca. 
 
Tal vez, / puerta por puerta, haya gastado sus horas en almas vacías, / para terminar aquí sus días y dar un portazo de color al pasado, / para convertirse en tu obra de arte de los buenos días, / en el tatuaje de tu piel cuando se eriza, en un grafiti de esperanza en tus vanas sábanas roídas.
 
Abre el cerrojo, quién sabe si es para ti este poema. / Tal vez no tuvieran razón los que decían que no se abre la puerta a lo desconocido, / y sea mejor vivir con los sueños entreabiertos y las heridas cerradas.
 
Tal vez hayas vivido todo este tiempo entre muros.

EDITORIAL. La puerta, tal vez