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  • ESCENA
  • Antropoceno: algo va (muy) mal
  • Por Javier Agustí

Anoche hacía una noche fría y algo ventosa en Madrid. Pero cuando entré con mi acompañante al Teatro de la Abadía, quince minutos antes de que comenzase la representación, imaginaba que la sala estaría, si no llena, al menos con bastante público. Pero mi sorpresa fue que apenas entre veinte y treinta espectadores ocupaban las primeras filas de la sala Juan de La Cruz.

Lo primero que pensé es que había comenzado a cundir el pánico en los madrileños ante la amenaza de ese virus que parece que pretende detener el movimiento rotatorio del planeta. Lo cierto es que la noche anterior estuve viendo en los cines Golem la, incómoda pero interesante, película danesa Reina de corazones (protagonizada por Maren Louise Käehne, a la que muchos conocimos por Borgen) y la sala estaba prácticamente llena. Pregunté al personal del teatro, por curiosidad, y apuntaban a la posibilidad de que nuestro miedo (infundado o no) esté influyendo en la compra de entradas. Pero otros compañeros de la redacción me cuentan que estuvieron en otros espectáculos, por ejemplo, el concierto de Ombligo en la sala Galileo, muy cercana al Teatro de la Abadía y la sala estaba repleta. Por tanto, la culpa no parecía de Covid-19.

Entonces, ¿qué puede hacer que una obra tan especial (y con momentos de divertida comedia) como Antropoceno no parezca que esté captando la atención del público?

¿Es culpa de la animadversión que algunos tienen a Greta Thunberg? Porque ella estaba, en cuerpo y alma presente (gracias a la fantástica interpretación de la coreógrafa, bailarina y actriz Kateryna Humenyuk).

Antropoceno es el nombre que, de forma extraoficial, recibe la era geológica actual en la que nos encontramos y que dio comienzo con la actividad humana en el planeta Tierra, especialmente a raíz de la revolución industrial en el siglo XVIII. También es el título de la obra escrita y dirigida por el dramaturgo y actor norteamericano Thaddeus Phillips por encargo del propio Teatro de la Abadía, tras albergar, precisamente, una pieza de este creador en 2018 (Avistamiento, montada por la compañía sueca Teateri)

Quizá a otros muchos les pueda “asustar” que una obra de teatro, en vez de hablar de ladrones, mafiosos o superhéroes, esté centrada en el aviso de que nos estamos cargando nuestro planeta sin remedio. Pero a quien piense que el desarrollo y contenido de esta obra pueda ser tedioso o demasiado sesudo para disfrutar de hora y media de su tiempo de ocio les puedo asegurar que nada más lejos de la realidad. Antropoceno es una obra cargada de lirismo y belleza. Con algunas chispas de gags de comedia visual y un ritmo y frescura apabullantes.

Es indudable que destaca la huella que debió dejar en Phillips su trabajo junto al gran Robert Lepage en todo lo que concierne al uso de la tecnología, pues luce de una manera muy artística y visual, pero prácticamente todo el desarrollo escénico de la obra funciona a la perfección, con el también destacado trabajo de Silvia Acosta, Julio Cortázar y Almudena Ramos junto al ya mencionado de Humenyuk.
Antropoceno merece que el Teatro de la Abadía se llene. Si no, es que algo va (muy) mal.

Antropoceno. Hasta el 29 de marzo de 2020

Entradas a la venta en este enlace

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  • Encuentros con el público
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  • Miércoles 11 de marzo
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  • Ponentes invitados
  • Antonio Calvo Roy, periodista y escritor, presidente de la Asociación Española de Comunicación Científica.
  • Adeline Marcos, periodista medioambiental y científica. Redactora de ciencias naturales en la revista SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas).
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  • Miércoles 18 de marzo
  • Ponentes invitados
  • Adrián Almazán, físico y doctor en Filosofía, miembro del colectivo Cul de Sac, del Foro Transiciones y de Ecologistas en Acción.
  • Elena Rosillo, periodista cultural free lance. Colabora con la revista La Marea.

 

 

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