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Lima & Sanzol
La alegría de la huerta
 
Por Paloma F. Fidalgo · foto: sueño © luis castilla/el norte
 
Precedidos del éxito -el año pasado el proyecto se llevó un Max-, Alfredo Sanzol y Andrés Lima le dan una segunda temporada al Teatro de la Ciudad, la iniciativa de investigación y representación teatral que comenzaron en 2016 con Miguel del Arco. Y si en su primera entrega orbitaron la tragedia griega, ahora van a por la otra cara de la máscara, la comedia, con dos espectáculos inspirados en el universo Shakespeare: La Ternura, dirigida por Sanzol, y Sueño, de Lima, ambas en cartel en el Teatro de La Abadía.
 
Alfredo, en ti es más común la comedia. Dirigiendo Edipo Rey fue la primera vez que hice tragedia pura, pero mi primer montaje fue Como los griegos, de Steven Berkoff, una parodia del género de la tragedia que tenía mucho de tragedia. Lo que saco en conclusión de esta doble experiencia es que estoy muy cómodo en ambos terrenos porque se complementan, y juntos forman la base de la comedia.
 
¿Cómo entiendes tú la comedia, Andrés? Shakespeare introdujo el transgénero, la disolución de las fronteras entre drama y comedia, que se parece a la vida, que no es mezcla sino conjunción de cosas, y un día puede ser terrible, pero al siguiente puede mejorar. Creo que la comedia es un punto de vista sobre la vida, y nos distancia de la tragedia, nos escuda frente al dolor y hasta nos ayuda a superarlo. En la vida real, la distancia es tiempo, pero el teatro ofrece esa distancia por su propia naturaleza. Bertolt Brecht tiene toda una teoría sobre ello.
 
¿Por qué os decantasteis por Shakespeare, Andrés? Primero pensamos en hacer comedia grecolatina, pero nos dimos cuenta de la importancia de Shakespeare, que tocó todos los palos: en sus obras hay gags, la figura del bufón, comedia musical, comedias de enredo. En Sueño, con la inspiración de El sueño de una noche de verano, cuento la historia de un hombre, mi padre, que vive en una residencia, y al que se le aparecen los amores no correspondidos de su juventud. Él se está muriendo, y el amor y la risa lo ayudan en el trance final. Es una comedia muy trágica, no hay tanto situaciones cómicas como una mirada particular sobre la vida.
 
Alfredo, tú no te basas en una sola obra de Shakespeare. No, he trabajado con todas las obras del autor, aunque tengo algunas favoritas como Mucho ruido y pocas nueces, Noche de reyes, El sueño de una noche de verano, La tempestad. Creo una atmósfera, personajes, diálogos poéticos y recursos propios del inglés. También ese equívoco con el que le gustaba jugar a Shakespeare.
 
Dicen que la comedia no está bien valorada, ni por el público, ni en los premios… Andrés: No estoy muy de acuerdo en cuanto a la valoración del público, aunque es verdad que en las academias de las artes o las ciencias no se suelen dar premios a comedias y cómicos. Quien denosta la comedia, o más bien la sátira, es el poder, porque le da miedo, teme que ésta le quite la dignidad. Alfredo: Es una excepción que se reconozca a autores cómicos, y no solo en el teatro. Y eso que España debería ser el país donde más se defendiese, porque en la cúspide de nuestra cultura tenemos una obra humorística: El Quijote. Que se infravalore tiene que ver con su carácter subversivo.
 
El tuit de Cassandra Vera, el secuestro de una portada de El Jueves… ¿Qué está pasando con la sátira en España? Andrés: Es tremendo, muy siniestro. Quienes la están penando y llevando a tribunales son los poderes religiosos y asociaciones supuestamente pro moral. Creo que es un síntoma reaccionario, el sentido del humor no puede tener límites. Antes, en los tiempos de Hermano lobo, que hacía un humor negrísimo, todo el mudo aceptaba que se podían hacer chistes de Carrero Blanco o Franco. Alfredo: Es un problema de falta de libertad de expresión y voluntad de control de las redes sociales. Lo del humor ha llamado la atención porque no se lo considera socialmente importante, y de pronto un juez se ocupa de una consideración humorística. 
 
No es frecuente en el teatro actual que los montajes se basen en investigaciones tan profundas como las del Teatro de la Ciudad. Alfredo: no lo es porque normalmente la investigación requiere dinero. Nosotros lo hacemos todo gratis: los actores no cobran por los talleres, éstos son abiertos al público… En este proceso sobre la comedia, hemos tenido la suerte de contar con la colaboración desinteresada de Eduardo Mendoza, Muchachada Nui, José María Perceval (que tiene un fantástico libro sobre los límites del humor)… Andrés: Pero, pese a su interés, ninguna institución pública se ha interesado por financiar este proyecto.
 
Alfredo, repones en la Abadía La respiración, porque el año pasado agotaste las entradas. Imagínate ahora, con la bajada del IVA… Esa bajada no la va a notar ni el artista ni el público, el IVA del 21% lo estaban asumiendo las productoras…  
 
La respiración · hasta el 25 de junio · Teatro de la Abadia 
 

La alegría de la huerta