<
>
 
Bureau V. Diseño colaborativo
 
Por Inma Flor y Laura S. Lara 
 
Afincados en Brooklyn y con un sinfín de proyectos dentro y fuera del área metropolitana de Nueva York, Bureau V concibe la arquitectura como un ejercicio colaborativo e interdisciplinario. El trabajo de este estudio neoyorquino se mantiene al borde del diseño arquitectónico a través de nuevas perspectivas que consiguen llevar dicha disciplina más allá de sus límites
 
Descubrimos la forma de trabajar de una de las firmas de diseño más joven, emocionante y ecléctica de NY, comprometida con la creación de proyectos innovadores que desafían las normas culturales y crean nuevos paisajes vitales.
 
¿Cuál es vuestra principal prioridad a la hora de iniciar cualquier proyecto? Divertirnos, trabajar con buena gente y crear espacios memorables y experiencias. Es un objetivo bastante simple.
 
¿Qué queréis expresar o lograr con vuestro trabajo? La arquitectura y el diseño pueden ser sutiles o puede exigir toda nuestra atención. Se pueden colar en la conciencia de uno casi sin que nos demos cuenta, provocarnos un estado de ánimo e introducirnos en una atmósfera concreta, o pueden gritar a todo pulmón. A nosotros nos gusta jugar con esa capacidad del diseño para ser percibido o no, y elaborar una narrativa dentro de esa dicotomía.
 
¿Cómo describiríais vuestro método de trabajo? El estudio se basa en gran medida de la diferencia. Cada uno de nosotros proviene de un sector distinto y tiene diferentes trayectorias y gustos estéticos, rutinas, prioridades y métodos de trabajo. Esta diferencia, sin duda, crea roces a veces, pero son roces productivos. Nos proporciona una amplia gama de respuestas e interpretaciones de nuestro propio trabajo. Gracias a ello somos capaces de realizar un proceso de pruebas interno sobre cada idea y diseño. La confrontación inteligente resuelve problemas y nos ayuda a crear nuevas experiencias.
 
Tal y como decís, Bureau V entiende el rol de la arquitectura como fundamentalmente colaborativo e interdisciplinario… Rara vez, o nunca, la arquitectura ha operado sola. El arquitecto fue una vez el pensador por excelencia de la cultura. Con el fin de crear espacios, necesitaba saber todo acerca de las artes, la política, los negocios, las prácticas laborales y públicas, la salud y el mundo natural. En nuestro estado actual de alto capitalismo, la arquitectura, al igual que muchas disciplinas, se ha convertido en algo muy especializado. Si bien se ha hecho un trabajo increíble dentro de la especialidad, nosotros no creemos en la autonomía de la arquitectura. Preferimos unir disciplinas aparentemente no relacionadas, ideas y colaboraciones. Combinando la arquitectura con otras especialidades, hacemos crecer la arquitectura más allá de sí misma. 
 
¿Cuánto ha cambiado vuestro trabajo desde el comienzo hasta la actualidad? El mayor cambio en nuestro estudio ha sido sentirnos cómodos con el tiempo. Algunos de nuestros proyectos han tomado dos días, otros meses. Pero a medida que crecemos y aceptamos encargos más grandes y proyectos más ambiciosos, el trabajo pueden tardar años y años. Este ha sido sin duda un cambio importante en nuestro enfoque: mantener la emoción y la productividad cuando un proyecto puede llevar tanto tiempo. Estamos todavía aprendiendo a gestionar la paciencia.
 
¿Cuál de vuestros proyectos os ha dado la mayor satisfacción? Después de siete años de desarrollo, el pasado otoño inauguramos en Brooklyn nuestro primer edificio, para Nacional Sawdust, una organización musical sin ánimo de lucro. Damos a cualquier proyecto, ya nos lleve dos días o siete años, la misma importancia. No obstante, ver este trabajo terminado y abierto, con una recepción abrumadoramente positiva por parte de los músicos y compositores, fue maravilloso.
 
¿Hay algún artista, anterior o contemporáneo, que haya influido en vuestro trabajo o que apreciéis especialmente? Friedensreich Hundertwasser, Lygia Clark, Ryan MacNamara, Mustafa Faruki…
 
¿Cómo influye una ciudad como Nueva York en vuestro trabajo? Nueva York es un lugar increíble, pero también es un lugar extremadamente difícil. Es una de las capitales del mundo de mayor complejidad y superposición. También está a la vanguardia del talento, tanto a nivel cultural como político. Aunque no es fácil, la energía de esta ciudad ayuda a impulsar nuestra producción y nos ha permitido llegar a formar parte de una rica comunidad de amigos y colaboradores.
 
¿Cuál es el mejor consejo que os han dado? Ursula Burns, CEO de Xerox (la primera mujer CEO de color de una empresa Fortune 500), dijo una vez que si estás en una habitación con un equipo de amigos afines, se puede producir un trabajo increíble. Sin embargo, en el momento en que el trabajo sale de esa habitación y se enfrenta a la complejidad de la experiencia humana, puede fallar terriblemente. Nos gusta asumir esa complejidad en el estudio desde el principio, tanto a nivel de equipo como de escepticismo productivo sobre la propia arquitectura.
 
¿Cuáles son vuestros próximos proyectos? Si bien nos hemos centrado durante años en abrirnos paso en el mundo de la estética y los métodos arquitectónicos y queremos seguir haciéndolo, uno de nuestros próximos retos es introducirnos en la economía. La arquitectura es un servicio industrial. Si la idea es prosperar y potenciar que los diseñadores contribuyan a la cultura de manera significativa, este modelo tiene que ser re-imaginado.   

Diseño colaborativo