<
>
 
Esta mujer que diseña para el teatro
 
Por Laura S. Lara
 
Nunca imaginó que llegaría a ser diseñadora de vestuario, pero Cocky Van Huijkelom lleva 30 años enamorada de la puesta en escena con aguja y dedal. Suyo es el diseño de vestuario de El Guardaespaldas y desde su taller improvisado entre las bambalinas del teatro Coliseum, la holandesa nos cuenta los pormenores de una profesión 'siempre distinta, siempre cambiante, siempre interesante'.
 
¿Cómo se diseña el vestuario de una obra? Hay quien no le da importancia al vestuario, sin embargo, es algo de lo que todo el mundo habla después. Depende del tipo de show, pero en este en particular, ambientado en el mundo del pop y los conciertos, lo importante era que las actrices y bailarinas pareciesen Beyoncé en el escenario. Fuertes y sexys. La armonía en escena también es importante. Debes tener en cuenta que la atención ha de estar siempre en los protagonistas, y tratar de conseguir eso en cada escena a partir de los colores o los materiales.
 
¿La película te sirvió de inspiración? ¡No! La película es muy aburrida y está pasada de moda. Te diré que ni siquiera he vuelto a verla ahora. La cinta es de los 90 y estamos en 2017, no tiene sentido.
 
¿Alguna pieza icónica en el vestuario de este musical? Sí, hay unas cuantas. Mi favorito es un vestido de Rachel, totalmente hecho en piel, muy pesado, a juego con unas botas altísimas. El vestido del final también es espectacular, está bordado a mano y terminado con cristales de Swarovski. Brilla muchísimo. 
 
¿Cuánto tardas en crear un vestuario? Todo el mundo me pregunta eso [ríe]. Normalmente, necesito tener seis meses antes del estreno. Lo primero es encontrarme con directores, productores y otros diseñadores del musical y concretar la idea. Después buscar inspiración, dibujar los vestidos… y por último ponerme a coser.
 
¿Cambia mucho de un país a otro? No, la única diferencia suele ser en cuestión de modas. Hice el vestuario de este mismo musical (El Guardaespaldas) para Holanda hace dos años y ahora, y aquí en España, se llevan otras cosas, con lo que hay que actualizarlo.
 
¿Cuál ha sido tu encargo más difícil? Lo más difícil son siempre los musicales que conllevan mucha gente en escena, porque tienen que bailar y los vestidos suelen ser muy pesados… Hay que pensar en todo eso a la hora de diseñar el vestuario.
 
¿Y el más emocionante? Uno con los que más disfruté es quizás Moeder ik wil bij de Revue, un montaje holandés cuyos vestidos estaban inspirados en la cerámica típica del país, con grandes pelucas azules que eran molinos. Pero crear el vestuario siempre es emocionante. Cada producción es diferente y divertida. Yo además trabajo la mitad del tiempo en Holanda y la otra en España, y me gusta ver lo distinto que es el estilo y la acogida del público en uno y otro país.
 
¿Qué característica crees que define mejor tu estilo? Creo que el color. Todos mis trabajos están llenos de color. Y también el perfeccionismo. Cada look tiene que ser perfecto, incluso las cosas más simples, porque creo que eso se ve en el escenario.
 
¿En qué te inspiras a la hora de reproducir el vestuario de época? Hoy en día con Internet hay muchas maneras de ver cómo era la ropa de aquellos años, también hay cuadros, libros, películas… Lo difícil es hacerlo para un show de fantasía como es La Sirenita, en el que también estoy trabajando ahora y que se estrenará en Bélgica. Para crearlo tengo que buscar inspiración en otras partes, pues no existe en la realidad.
 
¿Te sientes más cómoda en la realidad o en la fantasía? Pues es curioso, porque con la fantasía he empezado hace tan sólo unos años, y al principio no me veía. Pero ha acabado gustándome porque supone un reto creativo mucho más grande. No obstante, sigo prefiriendo vestir mujeres que vestir cosas.
 
De hecho, también diseñas moda de calle… Sí, tengo una firma que acabo de llevar al mercado de Las Dalias, en Ibiza. Se llama Double Birdie, muy boho.   
 
El Guardaespaldas · Teatro Coliseum 
 

Esta mujer diseña los mejores outfits de teatro